Los fetiches de Rosalía
No sé si sea algo hecho con toda la intención o si surgió de forma espontánea, el caso es que ya no hay concierto en que no arrojen un mono de peluche con la imagen del Dr. Simi, la mascota-botarga de Farmacias Similares con la que diariamente son torturados miles de jóvenes trabajadores en esta atribulada tierra del Anáhuac.
El caso es que, hasta la fecha, el doctor Simil ha asistido a conciertos de Coldplay, Maroon 5, The Strokes, The Killers, Gorillaz, Chvrches, Mac DeMarco así como Homeshake entre muchos más y todos ellos han recibido su Dr. Simi de peluche.
Al parecer esta es una tradición que se remonta al Corona Capital del año pasado y desde ahí, ya se ha transformado en algo que los intérpretes que visitan estas tierras tienen que apechugar Por ahí andan diciendo que en esta nueva normalidad el éxito de un concierto ya se mide en la cantidad de estos monos que te aviente el respetable.
Por ejemplo, fue clarísima la jeta que hizo a Lady Gaga cuando alguien de su público en Toronto (dios mío, hasta Canadá llegan) le arrojó uno estos. Claro que demostró un gran profesionalismo al continuar tal como si nada hubiera pasado.
Como muchas otras cosas en esta vida, nadie sabe para quien trabaja. Estoy seguro que habrá pocos momentos de mayor gloria en el resto de las vidas de quienes manejan la mercadotecnia de la marca: Que una cantante en el pináculo de su popularidad, como es el caso de Rosalía, publique en todas sus redes sociales una imagen donde presume la pequeña figura del susodicho personaje. De hecho, la semana pasada en su presentación en el Auditorio Nacional fue un auténtico chubasco de Doctores Simi.
Al parecer a la española le encanta que le lancen los monos y hasta presumió en una entrevista que ya es poseedora de una colección. Cada quien sus gustos.
¡Respeten a Rammstein!
El caso es que la chunga alrededor de este tema ha sido tal que los muy oscuros y muy serios seguidores de la banda Rammstein están sumamente preocupados que a sus amados ídolos los acosen y los molesten arrojándoles monigotes bigotones; seguramente un grupo de metal industrial es mucho más delicado que Rosalía y durante sus giras nunca les han aventado nada y, mucho menos, suaves monos bigotones que representan empresas tan despreciables.
Pero parece que el embate al Dr. Simi ya está alcanzando magnitudes políticas: nuestro amado y sumamente confiable subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, reaccionó como fanático metalero ante el embate del Dr. Simi arremetiendo en contra de esas “farmacias con consultorios alternos”.
Dr. Gatell, lo mismo, pero más inepto
Dice nuestro amado salvador de pandemias, nuestro rocker de la salud, que este tipo de locales atentan contra la integridad física de los mexicanos que, al acudir a estos, no reciben una mejor atención. Es impactante pensar que al mexicano promedio no le gusta utilizar un servicio con el nivel de cualquier clínica en Copenhague; los hospitales y clínicas públicas lo tienen tan bueno y cuentan con tales cantidades de medicina, que los enfermos se curan tan sólo al cruzar sus doradas puertas.
Lo que está de risa loca es que Gatell se atreve incluso a decir que los doctores que trabajan en estos locales “lo hacen en condiciones precarias”, al parecer este señor todavía no se ha parado en alguna de las instalaciones ubicadas en zonas remotas, donde el crimen organizado baja a dar abrazos.
También dice el confiable funcionario que el propósito de esos consultorios es el de vender medicamentos (¡quién lo hubiera imaginado!) y no atender problemas de salud de importancia mayor.
Al parecer, este ruin burócrata, no sabe que cuando surge una necesidad, de inmediato aparece alguien dispuesto a solucionarla y más, si esto representa un negocio. Es terrible decirlo, pero este tipo de clínicas son la única opción de salud para muchos sectores de la población: una consulta rápida y sin mucha espera, sin necesidad de hacer largas filas o de tener que recoger fichas en la madrugada (¿a quién se le ocurrió ese estúpido sistema y por qué sigue en uso?).
Por lo menos estas clínicas otorgan un trato más digno y rápido sin necesidad de aguantar a la burocracia o los malos modos de enfermeras y doctores del sistema público donde, quienes acuden, no reciben ni medicamentos ni atención, sea mayor o sea menor y son tratados a patadas sin ninguna empatía.
Doctor peluche
Por supuesto que este tipo de consultorios surgieron como un lucrativo negocio, luego de la prohibición a la venta de antibióticos sin receta, sin embargo, se han transformado en la única opción de atención médica en lo que sale la cita en el IMSS o el INSABI comienza, ahora sí, a operar.
El sistema de salud del país se está cayendo a pedazos y, la única solución del subsecretario es señalar con el dedo flamígero a los empresarios que, lo único que están haciendo, es aprovechar el hueco que el estado está dejando para hacer negocio.
Mejor aviéntenle un peluchazo para que se calle.
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