Oreo, una de las marcas de galletas más reconocidas y gustadas en el mundo, acaba de inaugurar su primera cafetería en el mundo, con lo que brinca de los pasillos del retail a un centro de consumo. Starbucks lo hizo a la inversa y ahora las dos marcas se encuentran tanto en anaqueles como en cafeterías.

Así, en plena contingencia sanitaria, con toda la incertidumbre en cuanto al destino de tiendas físicas y establecimientos de alimentos por las medidas de restricción y en un momento en que, por lo mismo, muchos locales han migrado a plataformas de comercio electrónico mientras que muchos otros han tenido que cerrar sus puertas, Oreo incursiona en el negocio de las cafeterías con un local de 325 m² en el que que ofrece bebidas, helados y postres, así como una selección de artículos de colección.

Transformarse para sobrevivir

Había una vez un lejano mundo fantástico de comercio en el que las marcas eran felices sin mucha competencia y cada una tenía un pedazo de mercado que mantenían con uno o dos productos dirigidos a todos los consumidores… ese mundo, ya no existe. 

La historia ha cambiado mucho desde entonces y ya tiene tiempo que las marcas no son estáticas. Desde luego que mantienen una unidad de imagen y conservan su identidad, pero siempre en movimiento. Buscan la ampliación del negocio a través de extensiones de línea y marca, se mueven hacia nuevos mercados a través de la segmentación, buscan nuevos puntos de venta e innovar para mejorar la experiencia de compra.

Por años, algo que ha caracterizado a la marca de esta icónica galleta creada por la compañía Nabisco, ha sido su capacidad de innovar como así lo demostró con la creación de un cortometraje que fue aclamado por la crítica y la construcción de una enorme bóveda del fin del mundo… por algo es la única galleta que ha creado una forma oficial de comerlas originalmente.

Desde luego que así también se ha reinventado constantemente a través de la creación de nuevos sabores y productos para evolucionar de la tradicional galleta tipo sándwich de chocolate con crema en medio, a sabores como avellanas, crema de cacahuate, limón o menta hasta otros más atrevidos como el sabor pastel de cumpleaños o pastel de zanahoria, sin olvidar las ediciones limitadas, como la de la NBA o Lady Gaga, pero esta vez fue más allá. 

Con su entrada al mercado de las cafeterías, la marca que distribuye Mondelez da un paso más en la expansión de su negocio que ahora está materializado en el tercer piso de la tienda It’Sugar, que quizá sea la tienda departamental de dulces más grande del mundo y que se encuentra dentro del complejo comercial American Dream del Meadowlands Sports Complex en East Rutherford, New Jersey.

Para estos tiempos de vacas flacas… todas las calorías.

Según la empresa que los produce, el concepto es el de una cafetería dedicada exclusivamente a la galleta más querida de los Estados Unidos en la que los fanáticos de ésta pueden elegir de entre una deliciosa selección de malteadas, infusiones frías con café o té, así como los más variados postres como el helado de brownie, un helado de waffles con trocitos de Oreo horneados o una rebanada de tarta de queso con ganache de chocolate y mousse de galletas Oreo.

Y, por si fuera poco, también ofrece a los visitantes más exigentes la experiencia de personalizar sus antojos y hacer sus propias creaciones combinando waffles, sándwiches de helado, conos y batidos, y elegir entre diferentes coberturas y complementos de más de 200 combinaciones posibles y todo, con la galleta preferida de la leche, como ingrediente principal… ¡la catedral de las calorías!

Además, para los fanáticos más aguerridos hay un menú secreto cuyas pistas se revelan en las cuentas de las redes sociales de Oreo y, como era de esperarse de una lovemark como lo es Oreo, el establecimiento también cuenta con una sección de merchandising en la que pueden encontrarse ropa, bolsas, pantuflas, artículos coleccionables y de decoración para el hogar y mucho más, que también se puede adquirir en el sitio web de la marca.

Con esto, Mondelez le está apostando a una diversificación de su eje comercial para expandir el negocio y entrar a competir con el monstruo del café Starbucks, lo cual no parece ser una batalla tan dulce.