Ante la revolución del marketing generado como consecuencia del desplazamiento de atención del mercado de los medios tradicionales a los digitales, las redes sociales juegan un papel importante como medio para que las marcas hagan llegar su mensaje a los consumidores. Por esa situación, compañías y agencias de relaciones públicas buscan en todas las industrias – aunque mi experiencia es siempre en el sector turístico – a los actores sociales que puedan formar parte de su campaña de marketing; buscan a aquellas personas que tengan más seguidores.
Bien es cierto que los seguidores importan, pero la falta de conocimiento en el tema para elegir a los influenciadores, hace que sean seleccionados solamente aquellos con muchos miles de seguidores. La realidad es que cuando sólo podemos elegir a un puñado de tweet stars, se debe hacer una selección más profunda y evaluar a aquellos que tengan no sólo influencia real en el tema, sino también aquellos que tengan calidad en sus seguidores, y eso es lo que se calcula con el alcance.
El alcance es un número. Se calcula de la siguiente manera: (número de tweets x número de seguidores) + (número de retweets x número de seguidores de las cuentas que están haciendo RT).
El resultado puede ser sorprendente. Muchas veces una cuenta con menos seguidores que otra, puede tener un alcance mucho mayor que alguien con miles de seguidores más. Pero, ¿qué nos dice esto?, es muy simple: calidad de seguidores. Nos interesa mucho más tener a alguien con un buen alcance porque significa que su contenido es relevante, además de que tiene seguidores más importantes, seguidores que permitirán tener mayor impacto. En general serán personas que también son autoridad en los temas que tratan.
Pero el estudio no sólo es para que una marca determine a quién considerar como parte de su campaña promocional. También nos sirve a nosotros mismos como una métrica más a vencer; como un objetivo más que podemos perseguir en nuestra estrategia de comunicación en redes sociales. Nos sirve para decidir con qué cuentas podemos interactuar más y a qué cuentas de nuestros competidores queremos tener como seguidor para enfocar a eso nuestro plan conversacional.
Además también nos ayuda a evaluar si estamos haciendo bien nuestra labor en términos de tener el mercado adecuado. Al hacer un comparativo, podemos ver con claridad si es que se tiene el mismo mercado de seguidores o si es que son diferentes en cada caso. El alcance, dado que se calcula también en función de la interacción y producción de contenido que tenemos, no es fijo. Puede cambiar, pero no de manera dramática. Existen herramientas como twiangulate y audiense, que pueden ayudar a encontrar esas métricas.
A continuación muestro un ejemplo claro sobre este tema.
Twitter es como un cocktail; una fiesta exclusiva a la que se invita a los más influyentes, más guapos, y más ricos. Al final nosotros decidimos quién va a componer nuestra fiesta. En esa fiesta también vamos a decidir con quién queremos conversar y con quién queremos vernos relacionados. No vamos a querer estar con quien no tiene una buena conversación o no tiene nada que aportar; tal vez sea el más guapo, pero no el más influyente. El alcance y demás medidas que planteo, son algunas estrategias para poder seleccionar a los mejores invitados a ese cocktail.