Hace poco más de una semana recordarás que las redes sociales del mundo entero ardieron y la bolsa de valores colapsó por el “Coca Gate” que el astro del balompié luso Cristiano Ronaldo desatara cuando, frente a cámaras y micrófonos, moviera dos botellas de las “aguas negras del imperialismo yanqui”, como llamara el Ché Guevara a la “Coca-Cola. Sólo eso y las palabras: “¡Agua!… Coca Cola no” bastaron para causar un escándalo que representó una pérdida millonaria para la popular refresquera.
Cristiano… ¿se te chispoteó?
Parecería algo inverosímil si tal impacto no viniera de Cristiano Ronaldo, que según el portal alemán de estadísticas Statista, es la figura pública con más seguidores en las redes sociales en todo el planeta, con un total de 517 millones, superando por más de 50 millones a quien le sigue: Justin Bieber, la controversial estrella de pop canadiense.
De hecho, días después del incidente, los futbolistas Paul Pogba de Francia y Manuel Locatelli de Italia se unieron al “CR7 Challenge” y siguiendo el ejemplo del portugués, hicieron algo parecido, sin mayor relevancia porque uno: no fueron los primeros en hacerlo y dos: no son Cristiano Ronaldo.
Entendiendo quién es este fenómeno mediático que hasta los que nada saben de futbol lo reconocen, es difícil pensar que fue un acto improvisado o al menos nos hace plantearnos varias hipótesis. Y más si pensamos que se trató de una supuesta rabieta a favor de la salud cuando recordamos que él mismo ha estado involucrado comercialmente con marcas como KFC, que así que digamos muy saludable, no es. Y es que más allá del deporte, se ha convertido en una suerte de marca, que sin duda debe tener un equipo de expertos consultores que lo asesoran en mercadotecnia, imagen y relaciones públicas.
La “crisis” de Coca, como quitarle un pelo a un gato
Por otro lado, Coca-Cola también es un gigante en lo suyo, con más de 100 años de éxito comercial, como una de las marcas más populares y valiosas en todo el mundo.
Y hablando de futbol, como marca siempre ha estado involucrada en los más importantes campeonatos internacionales, con multimillonarios convenios de patrocinio, imagen y venta de producto, por lo que la UEFA intervino para dar una reprimenda al futbolista por su falta.
Si bien el incidente provocó una caída en las acciones de la compañía, no fue tan grave ni duradero el efecto Ronaldo, y en menos de 72 horas se recuperó sin mayor contratiempo.
Y en cuanto al efecto mediático, la marca dejó que el mundo hablara hasta cansarse, sin decir palabra alguna, aprovechando la fugacidad de este tipo de sucesos en las redes sociales.
Hipótesis
A esos niveles es difícil pensar que haya sido una acción casual, sin una estrategia de marketing de alto nivel perfectamente planeada detrás de todo esto, así que haciendo caso al dicho de “piensa mal y acertarás”, se nos ocurren algunas posibles hipótesis:
1. Para no asociar su imagen con una marca en un entorno mercadológico fuera de su control y que no le paga nada, Ronaldo por cuenta propia o bien asesorado por su equipo, decidió retirar el product placement.
2. Se trató de un caso de ambush: un acto de sabotaje en marketing en el que una marca aprovecha un momento clave de su competidor para echarle a perder una exhibición, lo que nos hace pensar principalmente en Pepsi, que justamente ha estado muy involucrada en el futbol, siendo patrocinador del archirrival deportivo de Ronaldo: Leonel Messi.
3. Un escándalo provocado por la misma marca para detener la caída de sus acciones, seguida de un rebote que la impulsa por la inercia a una posición más alta… tal como sucedió.
4. Todo fue una improvisación circunstancial, que desencadenó en una escandalosa reacción de medios y redes y que, cual efervescente espuma de Coca, subió rápidamente e igual de rápido bajó.
La experiencia nos ha enseñado que en mercadotecnia nada es casualidad y aunque quizá nunca lo sabremos, siempre es bueno cuestionarse todo. Y tú, ¿qué piensas?
