He escuchado muchísimas veces este concepto de tener “ sentido de urgencia ” y lo he usado otras tantas; sin embargo, pocas veces he reflexionando profundamente acerca del mismo y hoy me gustaría compartir esta reflexión con ustedes.
Personalmente, cuando pienso en urgencia viene a mi mente el resultado de un plan tardío o la falta de planeación; que eventualmente nos lleva a correr sin parar para solucionar alguna situación, que en ese último momento se ha convertido en urgente, un ejemplo típico en la vida cotidiana podría ser una enfermedad: No siempre significa que no sepamos de ella, sino que tal vez tenemos miedo de su confirmación o postergamos ir a revisarnos porque no lo consideramos relevante a pesar de algún síntoma.
Lo mismo pasa en cualquier otra actividad de nuestra vida. Hay ciertas cosas que nos cuesta trabajo “activar” por “falta de tiempo”. Esto normalmente se liga a una mala asignación de prioridades; por desidia porque el tema puede consumir mucha de nuestra energía; por cierto miedo ya que no nos resulta fácil, y una cuarta razón es por desinterés y eso significa exactamente lo que puedes estar pensando… que no queremos hacerlo porque simplemente no nos importa, – aunque debería-. ¿Por qué? Porque si tiene alguna implicación adversa en nuestra vida o contexto y no hacemos algo entonces estamos siendo irresponsables o incluso pusilánimes; en ambos casos es resultado de falta de carácter.
El punto aquí es que cualquier cuestión que no se lleve a cabo en el momento oportuno puede complicarse; sea un plan personal, un presupuesto, un lanzamiento al mercado (hablando más en el ámbito mercadológico), la conformación de un equipo, etc. Cualquier tema importante que no atendemos se convertirá en urgencia con un decremento de efectividad comparado con haberlo hecho con anterioridad, en la mayoría de los casos. Ahora bien, la verdad es que una vez que lo hemos identificado aunque vayamos tarde es importante enfocarnos y hacerlo. ¡No hay tiempo que perder!.
Otra cuestión relacionada con este sentido de urgencia tiene que ver con el momento por el que estemos pasando en nuestra vida. Una vez escuché a alguien decir que para hacer cualquier proyecto realidad no basta con quererlo sino que debemos necesitarlo; en el buen sentido. Lo que habla de enfocarnos de forma real en eso que “queremos” para llevarlo más allá de sólo una ilusión. Porque una ilusión se desvanece fácilmente pero lo que la hace realidad es la “necesidad” de que se cumpla; y siempre se “cumplirá” si es verdaderamente importante para nosotros.
Si no es así pregúntale a cualquier madre que hace todo por sus hijos; porque nunca habrá un mayor amor en el mundo que el de una madre que necesita que sus hijos estén bien… Así que no dejemos que lo importante se convierta en urgente pero, si ya lo es porque puede pasar….entonces ¡Actívate ya! Con el enfoque y la voluntad necesarios.