Revista de Marketing y Negocios

Servicios de streaming, ¿cuánto es mucho?

Para un grupo grande de personas la manera de ver programas o películas se modificó desde hace un par de años con la llegada se los servicios de streaming. 

Netflix fue un parteaguas en cómo se consumían contenidos antes y cómo se hacen ahora. Y aunque muchos reproducen los contenidos en un aparato de televisión, el proveedor del servicio cambió.

Estos servicios en nuestros días se han convertido en algo que “debemos tener”. Algunas personas han tenido la sensación de necesitar contratar plataformas adicionales para no perderse el contenido del que sus amigos o familia hablan cada semana.

A la par de que la televisión tradicional dejó de funcionar para algunos segmentos de la población, cada vez es más frecuente encontrar nuevos servicios de streaming cuyo modelo de servicio está basado en suscripciones.

Ante el cambio de hábitos de la audiencia algunos canales se comienzan a asociar para ofrecer su oferta de contenidos o se asocian con otros para ampliar su catálogo y así, poder quedarse con un pedazo del pastel en el que Netflix sigue siendo el rey al acaparar el mayor número de usuarios alrededor del mundo.

Los servicios de streaming ahora se han convertido en una opción como la que televisión por cable nos ofrecía hace unos años donde sumábamos canales según nuestros gustos y posibilidades, pero ahora todo en línea. 

La mayoría de las plataformas ofrece una suscripción basada en nuestra necesidad, ya sea un plan individual o un plan familiar.

Cuando decidimos contratar un servicio tal vez pensemos que $80 o $100 pesos al mes no es tanto, pero cuando tenemos 2,3 o hasta 4 servicios contratados, los pagos por los servicios de streaming se van sumando hasta llevarse un monto importante de nuestra cartera.

De acuerdo con un estudio de Yahoo Finanzas, en México y en Chile se pagan las cuotas más altas por servicios de streaming.

Y mientras los usuarios seguimos pagando mes con mes, las plataformas se pelean los suscriptores a través de diferentes canales online y offline ofreciendo pequeñas dosis de contenido como imágenes o videos, enfocados a llamar nuestra atención y engancharnos así a sus contenidos.

Pero más allá del dinero que implica contratar todos los servicios ¿Quién tiene tiempo para ver toda la oferta?

La cantidad de producciones que cada plataforma lanza mes con mes es enorme, compiten frecuentemente por quién tiene la mejor serie o película o cuál se pone de moda en redes sociales. 

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El negocio de las plataformas combina la necesidad de consumir contenidos a la hora y el día que nosotros queramos y podamos con la inteligencia artificial.

Se nos ha creado una especie de adicción la cual se ve alimentada con la “ayuda” de la plataforma haciendo que al terminar cada capítulo empiece el siguiente de forma automática.

Las plataformas utilizan algoritmos basados en machine learning y big data para mostrarnos contenido similar o que tiene una alta probabilidad de ser aceptado por nosotros. 

Gracias a nuestro historial de reproducción y nuestras preferencias, la plataforma nos ofrece opciones con la idea de que así no abandonaremos la plataforma y continuaremos consumiendo su oferta.

Pero hay tanto de donde elegir que incluso ahora el consumidor presenta fatiga de decisión. Poder encontrar algo que ver puede convertirse en una situación desgastante. 

Desde que ingresamos a la plataforma hasta que decidimos qué ver, pueden pasar más de un minuto y medio, tiempo en el que sino encontramos algo puede hacer que abandonemos y busquemos otra opción que no nos exija tanta demanda.

3 cosas que pasan al momento de elección:

  1. Procrastinación. “Lo agregaré a mi lista para verlo después”. Y ese después no llega o llega mucho tiempo después pues la lista se va haciendo cada vez más larga
  2. Impulsividad. “de tin marin, de do pingüe…” Se toma la decisión como un juego de azar o se le deja la responsabilidad a la plataforma “Si Netflix dice que ese programa es 95% compatible con otras cosas que ya he visto, seguro no se equivoca”
  3. Indecisión. “En caso de duda, no elijo”. Se duda tanto que se termina abandonando la plataforma

Algunos estudios calculan que diariamente tenemos que tomar cerca de 35 mil decisiones y quién quiere sumar a eso la decisión sobre qué ver.

Ante esto Netflix y Amazon, preocupados por no perder usuarios están desarrollando una nueva funcionalidad para facilitar la decisión y reproducir contenidos de forma aleatoria en función de nuestros gustos. 

La oferta de las plataformas de streaming seguirá creciendo, todos quieren tener un segmento del mercado, y aunque para todos hay gustos, resulta excesiva y sobre estimulante la oferta que podemos encontrar hoy en día.

Cuéntame ¿qué piensas?, ¿cuántas plataformas crees que el tiempo y el bolsillo le permitan disfrutar a una persona promedio?

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Astrid Sotomayor

Comunicóloga y mercadóloga

Especialista en social media y content marketing. 15 años involucrada en agencias de investigación de mercados. Encargada de la estrategia integral de mercadotecnia y comunicación de la empresa para la que brinda sus servicios. Amante de las marcas, el scrapbook y los gatos.

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