El próximo domingo 11 de febrero tendremos una edición más de uno de los espectáculos deportivos más importantes para el planeta entero que recoge millones de espectadores y, con ello, ganancias multimillonarias que, esta vez, por sucio que nos parezca, se han multiplicado gracias a la irrupción de una famosa cantante que ha despertado el interés de muchas más personas que quizá no conozcan de football pero sí de fanatismo a una super estrella que ha irrumpido como no se había visto antes en la historia.
Pero más allá de los apoyos ciegos o de las quejas iracundas de la influencia farandulera en el deporte, la NFL es una liga que posé grandes elementos espectaculares que envuelven a un país y muchas otras naciones durante 6 meses en donde la derrama económica se da desde los comerciales hasta en el consumo de aguacate en los Estados Unidos de América.
Piso parejo
Hay varios aspectos legales que surgen en este fascinante deporte que, en lo particular, me parece de los más competitivos que puede haber, a diferencia del fútbol soccer del cual también soy seguidor pero que acepto, un gran porcentaje de campeonatos se ganan a base de “billetazos”, es decir, inversiones sin tope que propician que un equipo pueda adquirir jugadores a millones de dólares cuando hay otras plantillas que cuestan lo que un solo jugador de esos “millonetas”.
Desde luego, esas son reglas internas de las ligas que, como ente privado, poco o nada hacen los gobiernos, sin embargo, el control de estos aspectos genera competitividad, una competencia más justa y la expectativa de millones de aficionados que confían en que sus equipos algún día podrán acceder al super tazón.
Goodell y sus ánimos de control
Dos aspectos nos traen al análisis jurídico del football estadounidense. Por un lado la estricta regulación de las apuestas que postula el Comisionado de la NFL, Roger Goodell, a fin de controlar los deseos de muchos de los jugadores que provienen de extractos populares y que, considera, pueden verse tentados por el manejo de apuestas oscuras como ha sucedido en el calcio italiano donde uno de los equipo más importantes del fútbol descendió por líos de apuestas.
En Estados Unidos de América, sin que sea un país auténticamente ejemplar, debemos decir que sí funciona como una federación a diferencia de México, es decir, no hay un centralismo normativo donde todos los estados se pliegan a los deseos del gobierno central; en aquel sistema jurídico-político, los estados son auténticamente soberanos y se otorgan sus propias leyes en función de la postura del partido gobernante que, dicho sea de paso, suelen ser muy arraigados, es decir, los estados conservadores mantienen su preferencia republicana por décadas, mientras que aquellos liberales se inclinan pro los demócratas de forma cerrada.
Apuestas limpias
Pues bien, actualmente, la legalización y regulación de las apuestas es tan distinta como los estados involucrados, por lo que hay algunos que las permiten de forma abierta, sin restricciones y otros las cierran un poco más sin llegar a prohibirlas, al grado que el intento de una ley federal de 1992 que restringía buena parte de las apuestas que sí permitían de los estados, fue declarada inconstitucional por parte de la Corte Suprema al ser violatoria de la soberanía estatal.
La petición de Goodell por el momento es que se cree una ley federal que regule las apuestas sin restringirlas pero sí homologarlas pro dos razones: por un lado generar una visión única que permita educar a miembros de la NFL para evitar caer en trampas o sospechas y, por otro lado, en caso de que en la normatividad exista algo no conveniente para la liga se pueda negociar sólo con un ente, la federación y no como ahora que se tiene n que platicar estado por estado. Hasta ahora, los escándalos de apuestas no han aparecidos pero la NFL sabe que, como están las cosas, sólo es cuestión de tiempo.
Cuidando el negocio: semillero intacto
El otro punto es muy interesante y está vinculado con la importancia que le dan en EUA a los deportes como un elemento formativo de las y los jóvenes en todos los niveles, ya que, si bien se sacrifica un poco el negocio, se trata de proteger a los semilleros de futuros deportistas profesionales dándoles un espacio formidable. De ahí es que mucha gente que ha acudido a un partido de football colegial en vivo argumenta que suele ser más emocionante, completo y divertido que, incluso, uno de la NFL.
Si se ponen a analizar, los días perfectos para un deporte son tres: viernes, sábado y domingo, sin embargo, la NFL sólo juega en jueves, domingo y lunes. Sólo en algunos casos contados juegan en sábado y depende de las fechas. Todo ello gracias a la ley de 30 de septiembre de 1961, mejor conocida como Ley de Transmisiones Deportivas (en inglés: Act of September 30, 1961, Commonly known as the Sports Broadcasting Act of 1961).
En esa norma consistente de 6 artículos (corta como casi cualquier norma del common law o sistema jurídico anglosajón) es muy clara en cuanto a la protección de el football colegial en su artículo 3º que reproduzco a la letra, además, como breviario cultural:
SEC. 3. The First sentence of section 1 of this Act shall not apply to any joint agreement described in section 1 of this Act which permits the telecasting of all or a substantial part of any professional football game on any Friday after six o’clock postmeridian or on any Saturday during the period beginning on the second Friday in September and ending on the second Saturday in December in any year from any telecasting station located within seventy-five miles of the game site of any intercollegiate or interscholastic football contest scheduled to be played on such a date if—
(1) such intercollegiate football contest is between institutions of higher learning both of which confer degrees upon students following completion of sufficient credit hours to equal a four-year course, or
(2) in the case of an interscholastic football contest, such contest is between secondary schools, both of which are accredited or certified under the laws of the State or States in which they are situated and offer courses continuing through the twelfth grade of the standard school curriculum, or the equivalent, and
(3) such intercollegiate or interscholastic football contest and such game site were announced through publication in a newspaper of general circulation prior to August 1 of such year as being regularly scheduled for such day and place.
A muy grandes rasgos, ese artículo establece que no se permite la transmisión de ningún partido de football profesional el viernes después de las 6 de la tarde, sábados de entre el segundo viernes de septiembre al segundo sábado de diciembre cuando estos se encuentren a 75 millas de un juego colegial o escolar de football.
Esto precisamente porque en esas fechas se programan juegos colegiales y de niveles escolares más bajos en viernes y sábado, de tal manera que no quieren que la distracción del público genere el olvido de estas categorías, razón por la cual en este tipo de juegos vemos abarrotados los estadios. De ahí que los partidos de sábado en postemporada los veamos hasta mediados de diciembre, dándole todo el reflector al deporte colegial, de donde surgen todos los jugadores profesionales.
Adicional hay que decir que con la restricción de millas se entiende que ningún juego profesional puede llevarse a cabo, ya que no encontraremos un solo estadio de la NFL que no tenga cerca las miles de secundarias, preparatorias y universidades estadounidenses.
Así, el cuidado de la liga es permanente de acuerdo a códigos internos, pero, al mismo tiempo, por leyes que protegen al semillero, de ahí que la calidad del deporte sea muy alta y se abone a un espectáculo que deja ganancias como ningún otro considerando que es un deporte que tiene como la única liga relevante a la NFL.