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Twittanic: la fiesta que hundía, ahora arde en llamas

No corran, no empujen, no griten. Es más, ni se muevan. Esto de abandonar Twitter y migrar a Mastodon, especialmente si son figuras públicas o manejan una marca, no es la mejor jugada (todavía). Lo entiendo, porque hasta a mí me dio el “rush” de sacar una cuenta ahí a partir de los eventos que están sucediendo mientras leen estas líneas, queridos lectores.

Por supuesto que no es para menos. Elon Musk, con su cantaleta de la “libre expresión” le está abriendo la puerta a muchos usuarios, temas y movimientos que más o menos Twitter tenía controlados (o disque medio censurados) y que no le sumaban nada positivo a la comunidad -y eso ya era mucho pedir, técnicamente y en comparación-. 

Si para los usuarios de a pie será complicado lidiar con toda esta nueva basura, imagínense a las marcas. ¿Cómo se anunciarán junto a un tuit de odio? 

Recordarán casos de redes como Parler y otras similares, que surgieron con la “libertad de expresión” como bandera porque Twitter no los dejaba ser. ¿Qué pasó? Que finalmente se convirtieron en Hindenburgs digitales: no despegaron por completo, terminaron tatemados y resultaron ser únicamente útiles para referencias en columnas como ésta.

¿Por qué le pasó eso a Parler, et al? Simple: ¡¿quién aguanta una fiesta de puro malacopa?! El encanto de toda red social es su diversidad y su riqueza en información, pero por la buena, aunque a veces encontremos manzanas podridas, que no son la mayoría pero son “mitigables”. Entonces, ¿para qué invitar a más malcopas? 

Si me preguntan (ya con el sombrero de aluminio de conspiranoico), se me hace que a Musk le urge recuperar esos 44mil MDD que no quería pagar desde un principio y no sería tan descabellado pensar que quiere regresar a todos esos corridos de Twitter para que se animen a pagar 8 dólares al mes para tener su palomita azul, junto con los demás (que ya no van a querer seguir ahí).

¿Por qué tenemos la esperanza de que Mastodon sea nuestro salvavidas en esta situación llamada “Twittanic”? A grandes rasgos, tiene ciertas características similares a las del pajarito azul: límite de caracteres, uso de arrobas, creación de comunidades. Pero, de raíz son muy diferentes. 

Irse a Mastodon es como tratar de ponerle el cuerno a tu pareja tóxica con alguien que en su vida ha tenido pareja, ni busca tenerla, ni le entiendes, pero físicamente se parece (bueno, nomás de un lado, a cierta hora del día).

Mastodon, Twittanic

Mastodon no es simplemente una red social. Es una plataforma con muchos dominios para crear redes sociales nichescas y tiene más recovecos.

Échense este gran artículo de The Verge sobre cómo funciona Mastodon si les da curiosidad conocer más detalles: https://www.theverge.com/2017/4/7/15183128/mastodon-open-source-twitter-clone-how-to-use.

Si no quieren leerlo, va el resumen: la curva de aprendizaje de Mastodon sigue y (por ahora) no buscan ser “Twitter 2”, empezando por la experiencia (que me recuerda a la simpleza del BlockChain, ¡pffff!) y seguido por la nula parte comercial.

Restricciones y Cultura Publicitaria | Enrique R & Francisco G & Sharahí Z & Monserrat R & Hans H

Todo está muy nebuloso aún y en esta situación la frase “a río revuelto…” no viene al caso.

Lo que sí está claro es que la esencia de la palomita ya valió, las marcas YA NO ESTARÁN CÓMODAS EN TWITTER y Mastodon no es nuestro salvavidas para interactuar o para hacer estrategias de Marketing Digital como en Twitter.

Sí, es cierto que la fiesta en Twitter se terminó hace mucho; sobre todo, a partir de que “se politizó”, pero ahora parece un ritual narco-satánico con música de Matute, cantada por Arjona poseído por Hitler. ¿No deberían pensar en otra jugada más allá de la lana? 

En fin, esto aún no termina y no debemos desesperarnos, dando golpes de timón como estrategas o usuarios. Hay que ver qué otros cambios vendrán. 

Para Elon Musk: si no se ponen las pilas, es muy probable que terminen igual que Parler. 

Para nosotros: hay que estar atentos y ser pacientes. Si la cosa no pinta bien, siempre podremos buscar soluciones para ayudar a que nuestros clientes alcancen sus objetivos en Twitter u otras redes. Duele, pero así tendrá que ser. Además, casi nadie pauta ahí mas que las empresas chonchas.

Ojo: no estaría de más pedirle a Mastodon que le dé otra pensada a su modelo y en una de esas les dé asilo a los que queremos hacer un buen Twitter.

Gracias, Ángel Buendia por el brain-picking. Síganlo (sí, en Twitter): @angelbc

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