Los últimos años han sido escabrosos para el retail. Con el crecimiento del e-commerce, muchas son las cadenas que han tenido que realizar transformaciones para adecuarse al estilo de vida de un nuevo consumidor. El cual busca la inmediatez de lo electrónico o una experiencia omnicanal que favorezca la interacción del mundo online con la tienda física y viceversa.
Se estima que, al cierre de este año el 12.9% del total de las ventas retail en nuestro país provenga del comercio electrónico. Sin embargo, para un amplio sector de la población, asistir personalmente a la tienda sigue siendo la primera elección siempre y cuando la experiencia de compra sea grata.
Buscando favorecer la creación de la experiencia, los mercados retail a nivel mundial han implementado desesperadamente nuevas técnicas para atraer y fidelizar a los clientes; debo decir, que muchas de ellas sin un claro objetivo más allá de estar en tendencia.
Aquí 3 cosas que hemos estado haciendo mal en el retail, y digo estamos, porque muchas si no es que todas las ejecuciones de las que hablo, tienen detrás a un encargado de marketing y seguramente una agencia, cuya estrategia de fondo estuvo mal planteada.
1. Los espacios Instagrameables
Si hay alguien que confía en el poder de un espacio instagrameable soy yo, sin embargo, también estoy convencido que cada ejecución debe llevar estrategia. Son muchos los espacios pop-up pensados para convertirse en una divertida foto que el cliente suba a la red social, y realmente muy pocos los que tienen que ver directamente con los intereses de la marca. Así, he visto photo walls, cabinas, instalaciones, que, en efecto, atraen a un consumidor que se toma y postea la foto sin saber si quiera, por qué está ahí. No es suficiente llamar la atención del cliente: un espacio instagrameable debe decir algo significativo sobre la marca y sus productos.
2. No llamar las cosas por su nombre
Amigos, las tiendas siguen siendo tiendas, y el consumidor difícilmente dejará de percibirlas como tal. La nueva “Casa de la Innovación” de Nike en Nueva York es un ejemplo de ello. Estamos buscando metáforas como gancho en lugar de preocuparnos por lo realmente importante: que la experiencia del visitante sea memorable.
3. El mal uso del color
Aquí hay 2 radicalismos que están en tendencia: o las tiendas que parecen salidas de un viaje de LSD saturadas de colores que no se llevan bien entre sí; o aquellas que, apostando por tonos monocromáticos se vuelven lo más cansado para el asistente. En ambos casos, resulta complicado para el consumidor distinguir algo que ha visto online o al que fue referido, porque los elementos en venta han dejado de estar categorizados de acuerdo a su función para hacerlo por color.
Cito a mi madre con el bonito dicho “de la moda lo que te acomoda”, aplica lo mismo para cualquier tendencia. Seguir modas en pos de ventas no le va igual de bien a todos si, como he dicho hasta el cansancio, no existe una estrategia bien fundamentada detrás.
¿Qué otras tendencias han sido malinterpretadas?
Platiquemos @FerFamania