Cada vez me resulta más sorprendente lo que pasa en el Congreso de la Unión y en los Congresos locales. Sobre todo si partimos que si hay una representación popular auténtica, democrática, republicana, es precisamente en la figura de diputadas, diputados, senadores y senadoras, es decir, son quienes representan al pueblo de México en sus intereses, anteponiendo las necesidades generales a los deseos particulares del poder.
EL RETIRO INDIGNO
Vamos a empezar remitiéndonos a lo que son las AFORES. Esas instituciones son Administradoras de Fondos para el Retiro, de ahí su nombre. Tienen como función principal captar las aportaciones que los trabajadores hacen para tener un retiro digno y estás empresas se dedican exclusivamente a administrar esos recursos y, además, impulsar sociedades de inversión para hacer crecer esos fondos.
Normalmente, la inversión de esos fondos se lleva a cabo en instrumentos financieros de bajo riesgo, justamente con la intención de no perder esos recursos de la noche a la mañana y dejar a millones de personas jubiladas sin una pensión que disfrutar al final de sus vidas, tal y como pasó en Argentina en algunos años en el que esos fondos se esfumaron.
SIN TENER EN QUÉ CAERSE MUERTO
Y no sólo eso, cuando una persona fallece estamos muy lejos de pensar que pasa con todo lo que deja detrás: la falta de un testamento, un inmueble que estaba pagando, un seguro de vida, el vehículo del autofinanciamiento, el fondo de ahorro para el retiro y la cuenta bancaria donde le depositaban su nómina o en donde generaba ahorros, ya sea por instrumentos de inversión o sólo por tener ese dinero a buen resguardo.
Pues bien, cuando eso suceda, les reto a todas y a todos nuestros lectores que lleven a cabo el trámite para cobrar el dinero de la cuenta, del seguro de vida o del fondo de ahorro para el retiro, de su familiar fallecido, sobre todo, cuando por alguna razón no señaló beneficiarios o estos también ya fallecieron o no se encuentran.
Llevar a cabo ese proceso parece que es con toda la intención de no recuperar el dinero en función del beneficio que representa para el gobierno o la beneficencia pública, ya que es un dinero que pueden embolsarse.
QUÉ CONVENIENTE MUCHACHOS
Es decir, parece que apostar a la inmovilización de las cuentas es algo que le conviene a quienes manejan el gobierno. En el caso de las cuentas bancarias que no registren movimiento en 3 años pasan a una bolsa administrada por la institución bancaria para que, 3 años posteriores sin seguir siendo reclamado entonces de otorgue a la beneficencia pública.
No pasa por alto el hecho que dejo como breviario cultural que esos plazos en otros países, es decir, el de las cuentas sin movimiento para considerarlas perdidas, es de hasta cien años, mientras que en nuestro país, a diferencia de la justicia, el esfume de la lana es casi una tarea de Mandrake vestido de banquero y político al mismo tiempo.
REFORMANDO PARA LEGALIZAR LA TRANSA
Pues no obstante ello, los flamantes Diputados aprobaron una reforma al artículo 61 de la Ley de Instituciones de Crédito no para ampliar los plazos, sino para darles otro destino a los recursos “carranceados” de los ahorradores. Les platico.
Esa reforma señala que los recursos abonados con los mismos plazos que ya les comenté ahora se destinen a dos cosas: si es el equivalente a menos de 540 Unidades de Medida y Actualización (es decir, como unos 51 mil pesos al día de hoy) se vayan a la beneficencia pública, peeeeero si esos recursos sobrepasan esa cantidad que se vayan a financiar económicamente a fuerzas de seguridad pública con armamento, cascos y demás insumos, es decir, que se los quede el gobierno.
EL CINISMO EN SU ESTADO PURO
Ahora les voy a decir por qué esto es un despropósito y es, para no variar, una traición de nuestros legisladores a la representación que les otorgamos.
Si hay algo en lo que más invierte el gobierno de México, al menos en los últimos 3 sexenios, es en seguridad pública, además de los recursos que les provee Estados Unidos de América con esas cosas como el famosísimo Plan Mérida. Hasta ahora los muertos se contabilizan por racimos lo que deja claro que la estrategia no funciona, entonces, ahora creen que es tema de dinero y por eso andan buscando de donde sea para tener más sin que eso sea garantía de funcionamiento. Además, a final de cuentas ya sabemos que luego van a salir con que el dinero de esas cuentas destinado a seguridad se destinó a otra cosa más urgente (por no decir corruptelas).
Por otro lado, les decía que el trámite para recuperar los recursos lo hace premeditadamente complejo para que la gente se canse y desista de recuperarlos, sobre todo porque a diferencia del beneficiario que debe estar tocando la puerta para recibir esos recursos, el banco o el gobierno no notifican a los posibles beneficiarios, ni publican edictos, ni ven la forma de que esos beneficiarios aparezcan. Es una terrible omisión.
Finalmente, si era tanta la urgencia de las y los legisladores de meterle mano a la ley ¿por qué no ampliaron los plazos para que ese dinero se considere abandonado? O ¿por qué no regularon un proceso ágil de recuperación en función de la filiación de los posibles beneficiarios?
Evidentemente mis preguntas son retóricas. Ahí se los dejo porque volvió la gastritis.