Ahora que ha estado tan fuerte el tema del fallecimiento del cantante George Michael en todos los medios, y que se vuelven a transmitir sus vídeos en varios canales, he tenido oportunidad de reflexionar sobre mi generación: la Generación X, y sobre lo que nos definió sobre todo durante las décadas de los 80 y 90.
Wake me up before you Go-Go
Cuando éramos jóvenes los adultos nos calificaban de “descarriados” “poco comprometidos” y “desapegados”. Fuimos fruto del desencanto de las décadas previas (los alucinantes años 60 y 70). Épocas en que los baby boomers hicieron de las suyas. Como dice Octavio Paz sobre los poetas del grupo de “Contemporáneos”: fuimos “un grupo sin grupo”. Jóvenes desencantados de los valores de la sociedad y en búsqueda de una identidad propia. Aletargados, dormidos.
Así como hoy todo mundo se interesa en los Millenials, hace 20 años se hablaba de nosotros y nos dedicaban estudios y análisis sociológicos. Incluso cuando entré a trabajar a mi primera agencia de publicidad ATL, se me catalogaba como “el chavo Gen-X”. El que llegó con ideas nuevas. Al que le tocó no sólo vivir sino implementar la transición del director de arte tradicional que trabajaba a mano sobre el restirador. Al diseñador de la “nueva era” que operaba una Mac. ¡Eso sí que fue una revolución señores; pasar del pincel y el lápiz al mouse! Y fuimos lanzados al rodeo sin guía ni precedentes. Tuvimos que despertar al boom de la tecnología cotidiana sin previo aviso.
I gotta have faith
Vivimos la ebullición tecnológica, de los correos electrónicos y el furor del internet (“la supercarretera de la información” como la llamaban en aquél entonces, por no encontrar un término equivalente en español a la web). Qué risa da acordarse. Entre mis clientes principales, tuve la fortuna de contar con empresas globales de tecnología: Compaq, Oracle, y Sun Microsystems, entre otras.
Esto me permitió entrar en contacto con la vanguardia tecnológica de primera mano. Incluso conocer términos como el CRM que en aquél entonces verdaderamente era sólo para los iniciados en el oráculo de la información.
Además, tuve la fortuna de llevar también cuentas de moda, lo que en los 90 significaba llegar impecablemente vestido a las sesiones de fotografía o grabaciones de televisión. Lucir outfits sacados de GQ, para que nadie dijera que el director de arte no sabía nada de moda.
Los de la Gen-X tuvimos que crear un branding personal cuando ni el concepto existía. Pero teníamos a George Michael y sus videos classy, con una estética impecable, iluminación perfecta, coordinación de moda y peinados dignos de Vogue para inspirarnos. Contamos también con un ejército de top models icónicos y el trending topic era vestirse bien. Eso también lo llevamos a los lugares de trabajo. En aquél entonces era correcto ganar el derecho de piso con muchas, muchas horas de trabajo. Después de todo, si teníamos fe en algo.
Generación X
Father figures
En fin, que este año 2016 nos ha arrebatado a mi generación y a mi demasiados íconos culturales. Figuras de primerísimo orden (una lista enorme), de principio a fin. Se van cerrando ciclos y tenemos que recapitular sobre los aprendizajes, los legados y nuestra propia identidad. Hagamos votos por que el 2017 sea mucho, pero mucho mejor que este año que (por fin, gracias al cielo) ya se termina.