Erradicar el analfabetismo es una de las mayores preocupaciones de las sociedades y de sus gobiernos.

El ex presidente de la Universidad de Harvard, Derek Bok hizo una afirmación contundente:  “Si crees que la educación es cara, prueba con la ignorancia”.

En pleno siglo XXI la educación es un derecho –deberíamos dejar de considerarla un privilegio- que está llegando cada día a más personas. 

Los nuevos modelos en línea están colaborando fuertemente a atender a, cada vez, una mayor cantidad de personas, con información de calidad y profesores altamente especializados.

Hoy, en casi todos los países de economías emergentes el internet cubre gran parte de los territorios o se está trabajando de manera prioritaria para llegar a ello.

La información parece estar al alcance de todos, y la avalancha china en la producción de dispositivos ha hecho posible el acceso a alternativas eficientes para grandes estratos de la población.

Parecería que la humanidad tiene argumentos válidos para avanzar contra el flagelo del analfabetismo.

A finales del siglo pasado se habló de la segunda modalidad de analfabetismo: no saber conducirse en el mundo digital.

Marketing en la industria del entretenimiento | Lorena Zamora & Roberto Báez & Hans Hatch

Y esto se enfrentó como un reto social y, por muchos, como uno personal. Cada vez menos personas le tienen miedo al cambio tecnológico. Las redes sociales contribuyeron a ello, al hacer intuitiva, fácil e inmediata la intercomunicación.

Mi padrino, tu mamá, mi vecino y tu jefa pertenecen a un montón de grupos de Whatsapp, “googlean” todo y, por supuesto, subieron al Face una foto digna de estrella de Hollywood.

El futuro parece prometedor; sin embargo, la constante aparición de redes sociales -Patreon, Twich… etc.-, con códigos nuevos y dispositivos cada vez más sofisticados (en el mundo automotor se dice que los autos ya no tienen computadora; sino que se trata de computadoras que disponen de un motor) exige de una actualización constante y, cada vez, más veloz.

Volverse experto en el manejo de un  programa, una red y hasta de un dispositivo ya no es cosa de años… a veces ni de meses, porque apenas sale algo y la siguiente versión -mejorada- está al acecho.

La misión es clara: Debemos habilitarnos en el manejo de leguajes básicos (oral, escrito, gráfico, sonoro, matemático… etc.) para poder entender, estudiar y aprovechar las características de los nuevos medios de comunicación.

Muchos de nuestros héroes de la televisión, la radio y la prensa ya están proyectándose en canales de You Tube y haciendo “Streaming” en Zoom, Instagram y Google… se están actualizando, cada quien a medida de sus alcances.

Más aún, el vocabulario técnico, cada día más específico, es necesario para comunicarnos cotidianamente en temas profesionales (“Te mandan el link”, “Te conectas a las…”, “Stalkeas al cliente, para no fallar…”, etc.).

Nos enfrentamos ya a la Tercera Ola de Analfabetismo, y para no quedar a merced de la misma… más vale que aprendamos  a “leer el juego” (Trad.: a entender qué puede pasar) como diría Jorge Valdano, destacado jugador argentino, directivo del Real Madrid y reconocido teórico del futbol… y esto incluye -también- a los nativos digitales.

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