Suelo emplear estas líneas para hablar de tendencias en nuestra industria; hoy decidí hacerlo sobre algo en lo que realmente soy experto: vivir con estrés.
Buscando algo de inspiración, me encontré con una charla Ted de la Psicóloga y Profesora en la Universidad de Stanford Kelly McGonigal, que explica los hallazgos de un estudio de la Universidad de Wisconsin-Madison que siguió a casi 29,000 participantes durante ocho años para comprender la importancia de cómo pensamos sobre la tensión.
“Las personas que informaron altos niveles de tensión y también creían que éste tenía un gran impacto negativo en su salud tenían un 43% más de riesgo de muerte. Aquellos que informaron una alta tensión, pero no lo relacionaron con efectos negativos para la salud se encontraban entre los menos propensos a morir de todo el estudio.”
Seamos realistas, la tensión es el pan nuestro de cada día, y no hablo solamente de quienes nos desempeñamos en esta industria, sino de cualquier persona que se jacte de estar viva en esta época. ¿Cómo hacer que juegue a nuestro favor?
Cambiar la percepción de estrés
“Todo con medida”, quiero que quede bien claro; negativo o positivo, los altos niveles de tensión, especialmente durante un largo período de tiempo, han demostrado ser malos para la salud. Eso no lo pongo en duda, pero si empezamos a ver al tensión en dosis moderadas como indicador de cosas positivas, probablemente podamos contrarrestar sus efectos a futuro.
Como método de supervivencia, nuestro cuerpo desarrolló una respuesta programada a los momentos estresantes que generalmente nos dicta dos opciones: luchar o escapar del estrés. Afortunadamente nuestros factores estresantes son, generalmente, menos agresivos que los de nuestros antepasados (por lo menos yo jamás me he visto estresado por tener un depredador de dientes enormes a unos metros de distancia). Entonces, aprender a identificar las señales de tensión y conservar la calma, nos ayuda a abrir el panorama y obtener de nuestro cerebro el planteamiento de los distintos escenarios y sus soluciones más creativas.
¿Han notado las situaciones que generan efectos físicos de tensión en su cuerpo? La sudoración, el temblor de manos, el palpitar acelerado del corazón… a mí se me presentan cuándo, por ejemplo, estamos a punto de hacer una presentación para un pitch importante o cuándo abrimos las puertas para un evento masivo que ha significado horas y horas de planeación y trabajo. ¡Qué bonito! El estrés ante determinadas circunstancias es un indicador clave de que algo nos importa. Bienvenido sea la tensión que nos pone listos para reaccionar ante las circunstancias, que pone nuestros sentidos alerta y que le grita a nuestro cuerpo que estamos ante un momento de esos que valen la pena.
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