Un hallazgo que marca época
Hasta hace poco, hablar de inteligencia artificial en comunicación parecía una curiosidad académica. Hoy, los datos dicen otra cosa.
Un estudio publicado por la revista científica Patterns, de Cell Press, analizó millones de textos de empresas y organismos públicos entre 2022 y 2024: desde boletines de prensa y comunicados gubernamentales, hasta ofertas de trabajo.
El resultado sorprendió incluso a los investigadores: el 17% del total de esos textos presentaban rasgos de escritura generada o asistida por IA.
En el caso de las notas de prensa corporativas, el porcentaje sube a 24%. En otras palabras, uno de cada cuatro comunicados podría haber sido redactado, al menos en parte, por un modelo de lenguaje como ChatGPT.
La adopción silenciosa
Lo más interesante del hallazgo no es solo el número, sino el ritmo.
En enero de 2022, menos del 2% del contenido institucional mostraba señales de IA. Para finales de 2023, el crecimiento era exponencial. Las empresas no anunciaron el cambio, simplemente lo aplicaron: primero en borradores, después en redacciones completas, y finalmente en piezas listas para publicación.
Esa “adopción silenciosa” muestra que la IA dejó de ser una herramienta de apoyo y se volvió una parte estructural de la comunicación organizacional.

Por qué esto cambia el marketing
El marketing vive de la palabra: de los comunicados, los copys, los correos, las descripciones, los titulares. Si una de cada cinco piezas proviene ya de una máquina, eso implica tres transformaciones profundas:
- Volumen y velocidad
Las marcas pueden producir más contenido en menos tiempo. Pero más no siempre significa mejor: el reto ahora es mantener consistencia y relevancia en un entorno donde la saturación será la norma. - Cambio de rol humano
Los redactores dejan de ser “escritores” para convertirse en editores estratégicos, quienes afinan tono, intención y contexto. Saber usar prompts o detectar errores de IA será tan importante como dominar el branding. - Credibilidad y autenticidad
La IA puede generar información errónea o vacía de matices. En comunicación corporativa o institucional, un desliz puede costar reputación. El público pronto distinguirá entre mensajes “automatizados” y aquellos con verdadera intención humana.
Nuevos dilemas para las marcas
A medida que el uso de IA crece, aparecen dilemas que los departamentos de marketing deberán resolver pronto:
- ¿Se debe revelar cuándo un texto fue escrito con IA?
- ¿Cómo asegurar que el tono de marca siga siendo reconocible?
- ¿Qué políticas internas se implementarán para evitar errores o sesgos?
La respuesta no puede ser improvisada. Así como las empresas crearon manuales de identidad visual en los 90 o políticas de redes sociales en los 2010, la próxima década exigirá manuales de identidad algorítmica: pautas para usar IA sin perder la esencia de la marca.
Lo que el marketing debe hacer hoy
- Auditar su contenido actual: identificar qué parte ya depende de IA (aunque sea en edición o traducción).
- Definir lineamientos de uso: qué piezas pueden generarse con IA, qué requiere revisión humana, y cómo se validan los datos.
- Capacitar al equipo: enseñar a promptar, editar y detectar sesgos.
- Reforzar el valor humano: creatividad, intuición cultural, empatía — eso que la IA todavía no puede replicar.
Conclusión
La inteligencia artificial ya está escribiendo parte del relato institucional del mundo. Lo preocupante no es que escriba, sino que no sepamos distinguir cuándo lo hace.
El reto para los profesionales del marketing no es resistirse al cambio, sino liderarlo con criterio, usando la IA como amplificador de creatividad, no como sustituto de pensamiento.
Porque al final, una marca no se define solo por lo que dice, sino por quién se atreve a decirlo con propósito.








