Hace poco fuimos a presentar credenciales con un cliente nuevo y en la conversación mencionó que una de las razones por las que está buscando cambiar de agencia es porque aquella con la que lleva un buen rato trabajando, presenta grandes ideas, renders maravillosamente hechos, pero en la ejecución, las cosas jamás se parecen a lo ofrecido. No es el primero que me lo comenta.
Debo decir que si algo presumo de mi equipo es la creatividad y el diseño empleado en cada una de nuestras presentaciones, pero un punto muy importante que revisamos siempre es la viabilidad.
En cualquier ámbito, las grandes ideas son importantes, pero más importante es saber ejecutarlas.
Rentabilidad y viabilidad
La naturaleza creativa es idealista y no hay peor error que coartarla cuando te dedicas a esto, pero existe una delgada línea que no hay que transgredir: la rentabilidad y la posibilidad de ejecutar lo propuesto.
De repente, hablar de rentabilidad parece un tema tabú, pero debemos admitirlo: las marcas quieren hacer dinero, y las agencias también. Proponer grandes inversiones con un ROI bajo implica un gran riesgo que la mayoría no quiere correr.
Por otra parte, no son pocos los casos de creativos que no saben de producción; no es su labor, pero una buena comunicación entre la mente que crea, la que cotiza y la que ejecuta es fundamental para proyectos que en la práctica no decepcionen al cliente.
No existe ejecución BTL perfecta, pero poder presumir que nuestros eventos y activaciones lucen iguales al render, que el cliente se puede despreocupar por los detalles, que el cuidado de la imagen de marca es una más de nuestras responsabilidades, que su inversión vale la pena y que la experiencia para los participantes será trascendente de forma positiva es la manera más auténtica de agradecer al cliente por su preferencia y asegurar relaciones comerciales duraderas.
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