En la sociedad actual, uno de los rubros que ha evolucionado más vertiginosamente es la comunicación comercial.
Los medios, las personalidades, la tecnología… todo ha sido puesto a disposición de los mensajes con fines publicitarios.
El contraste, parecería que (para algunos) un elemento fundamental del mensaje -el idioma- se ha rezagado.
A últimas fechas, nos encontramos en las nuevas campañas textos imprecisos, descriptivos… y hasta de originalidad cuestionable.
Hashtags tipo:#Stakabrown #Qué onda güey? y perlas por el estilo invitan tanto a conocer las marcas, como al consumo de los productos y servicios.
Las preguntas son:
- ¿Ese es el nivel con el qué queremos identificarnos como consumidores?
- ¿Ese es el vocabulario con el que me dirijo a mi hermano, madre, hermana, novia, mejor amigo o cliente al que le voy a vender mi automóvil?
El contenido de las comunicaciones de Mercadotecnia exige como atributos: VERDAD, CLARIDAD, EMOCIÓN, ACTUALIDAD, CONTUNDENCIA y RESPETO A LA MARCA. Ponerse en el lugar del receptor, del lector, del auditorio y creer (estar convencido) en lo que creo (con lo que me identifico) es un gran principio para comunicarnos de manera más convincente, precisa y poderosa. Esto es: “Cuidadito con lo que dices… ¿o no guëy?”.