Una idea surge de la combinación de experiencias, conocimientos y pensamientos. Es una representación abstracta de algo que puede ser tangible o intangible.
Hay ideas que nos pueden llegar en la regadera. Muchas otras pueden surgir en un brainstorming (tormenta de ideas) entre un grupo de personas, en caminado a estimular la creatividad y cuya finalidad es generar un gran número de ideas diferentes.
Dichas ideas pueden estar dirigidas a la solución a un problema social o a la creación de un nuevo producto.
Pero para pasar de una idea a convertirlo en algo tangible, debemos a travesar una serie de fases, cuyo objetivo será el de disminuir los riesgos y aumentar la probabilidad de éxito:
Fase 1: Investigación y desarrollo (I+D)
En esta primera fase identificamos las necesidades del mercado, si existe o no un producto como el que queremos presentar, identificamos a la competencia y definimos los objetivos y alcance de nuestro producto.
Una vez que contamos con dicha información, creamos un prototipo y haremos una prueba del concepto para validar la viabilidad del producto, haciendo ajustes según la retroalimentación que obtengamos.
La evaluación de producto con usuario final es crucial para validar la usabilidad, funcionalidad y satisfacción del usuario.
En esta fase se aconseja realizar un estudio de mercado, ya sea encuestas, entrevistas a profundidad o sesiones de grupo, por mencionar algunas. Entre mayor información nos pueda dar nuestro público objetivo, mayores mejoras o ajustes podremos hacer.
Fase 2: Planificación y estrategia
Una vez que validamos nuestro concepto, es momento de establecer el segmento de mercado al que nos vamos a dirigir, establecer los objetivos de ventas y marketing y desarrollar plan de marketing y publicidad que utilizaremos.
Es importante también definir el presupuesto y un cronograma donde queden establecidos los tiempos y responsables de cada actividad e identificar los canales de distribución que utilizaremos.
Definir plazos, así como asignar responsabilidades en esta fase nos permitirá hacer un adecuado seguimiento.
Fase 3: Producción
Una vez que la fase anterior quedó definida y que las pruebas de calidad y seguridad se han realizado, estamos listos para la producción a gran escala de nuestro producto. Será momento también de capacitar al equipo de ventas y preparar los materiales de marketing.
Es fundamental que el equipo de ventas cuente con la información adecuada del producto y con las herramientas para la gestión de objeciones.
Fase 4: Lanzamiento de producto
Llegó el momento, es hora de que nuestro producto salga a la luz. Ya sea en línea o en tienda física.
Es muy importante que contemos con un buen stock de existencia del producto, para este punto tendemos una idea de cuál podría ser la respuesta de la gente, sin embargo, no queremos que la demanda supere la oferta, a menos claro que esa sea la estrategia.
Dependiendo de nuestros objetivos, el lanzamiento puede ser exclusivo, con promociones, explosivo o discreto. Dependiendo de nuestro presupuesto, podemos apoyarnos de diferentes estrategias (publicidad, contenido en redes sociales, influencer marketing, presentación a medios, etcétera)
Fase 5: Evaluación y mejora
“Lo que no se puede medir no se puede cambiar”. Es importante medir el desempeño de nuestro producto después de su lanzamiento, esto nos permitirá entender qué funcionó bien y qué necesita mejorar. También podremos detectar errores y comprender las expectativas generadas en el mercado.
Convertir tu idea en un negocio no debería ser tomado a la ligera, posiblemente tus recursos sean más limitados, pero no por ello deberías dejar pasar por alto estas fases. Adapta cada una a tus necesidades específicas.
Una respuesta
Excelente artículo 👍