Cifras escandalosas por poner un tuit o recomendar alguna marca, eso es lo que recibe un influencer como Cristiano Ronaldo o Alexa Chung. El mercado se ha inundado de it girls que desbancan ya a las mismas estrellas de Hollywood. Algunos bloggers son más influyentes con sus entradas que muchos periodistas de reconocido prestigio. Esta sería la situación más idílica a la que sólo acceden algunos pocos. Después estarían los miles de influencers que llenan las redes con sus comentarios y likes y que aspiran a ganarse la vida con su actividad.
Desde la llegada de las redes sociales surgen nuevas actividades en el ámbito digital, pero ¿pueden ser consideradas una profesión? Nadie pone en duda ya que ser community manager es una profesión reconocida y muy demandada pero no sucede lo mismo con ser influencer. Si preguntas a alguien si conoce el término existe un elevado porcentaje de personas, concretamente un 31% que desconoce totalmente el término, según datos del Estatus de la profesión del influencer en mercados de habla hispana, elaborado por MarvelCrowd.
La falta de reconocimiento en ser influencer es la principal queja del colectivo
Según la encuesta, un 76% considera que la profesión de influencer no está reconocida por la sociedad actualmente. En cambio, el 80% de ellos se considera un colectivo profesional. Lo que queda claro en el informe, es que quieren profesionalizar el sector y que se convierta en su principal ocupación: ser un instagramer o youtuber a tiempo completo y no tener que compaginarla con otra actividad; cosa que hace un 54% de los encuestados.
Esta dualidad de actividades viene motivada por los escasos ingresos que algunos influencers perciben. Un 74% de los encuestados recibe ingresos; de esos, un 33% recibe una remuneración de menos de 200 euros. Un 21% de los encuestados ingresa más de 500€ por la su actividad de influencia y sólo un 1% percibe más de 3000 al mes. Con lo que el sustento con esta actividad se hace complicado. Es más, muchas veces su remuneración se hace en especie, aunque los influencers prefieren con creces, obtener una retribución económica (74,6%) en vez de producto (18%).
La encuesta también ofrece una panorámica sobre el colectivo. Cabe destacar que las mujeres son mayoría (63,6%) frente a los hombres (36,4%). El canal o red mayoritarios es Instagram, superando a blogs y YouTube. Por temas, destacan lifestyle(50,4%), moda y belleza (43%) y fotografía / vídeo (25,6%).
Es interesante saber cómo se produce su actividad de influencia. Suelen trabajar, casi las tres cuartas partes de las ocasiones, directamente con las marcas. Otra de las formas más habituales de ejercer la actividad es ser contratado por una agencia de publicidad/influencers, para finalizar con las archiconocidas plataformas o marketplaces.
Se presenta ante los departamentos de marketing un nuevo reto, como gestionar los influencers
Que es una figura que va teniendo cada vez más peso y entidad. Integrarla en las estrategias de las marcas tiene que ser prioritario porque muchos estudios indican que los consumidores se fían más de ellos y de las opiniones de terceros que de los mensajes publicitarios lanzados por las marcas. Cómo gestionarlos para alcanzar los objetivos es tarea de cada uno; lo que es una obviedad es que los influencers, tienen poder y mucho sobre los consumidores.