¿Cuánto ha perdido la industria del deporte?, ¿cuántas personas fueron afectadas y lo siguen siendo?, ¿cómo se recupera esta actividad y la economía a su alrededor?
No existe estadísticas precisas de cuántas empresas, eventos clausurados y empleos perdidos acumula el deporte a nivel mundial, ni tampoco de las personas que dejaron de ejercitarse a causa de la pandemia, pero aquí algunos números que pueden ilustrar la situación por la que ahora atraviesa el deporte, que este mes celebró su día.
Tan sólo en México, se estima que un millón de personas de la población urbana de más de 18 años dejó de practicar alguna actividad físico-deportiva el año pasado, según el Inegi.
Sin olvidar que el evento deportivo internacional más esperado, los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, tuvo que ser pospuesto.
Las pérdidas por ese motivo se estimaron en 277 millones de dólares y hay otros 900 millones de dólares en riesgo, comprometidos con patrocinadores.
Los cálculos revelan que ese aplazamiento afectó a 11 mil deportistas olímpicos, 4 mil 400 paralímpicos y 80 mil voluntarios, quienes además de tener que entrenarse en confinamiento perdieron patrocinios.
Aunque ya se agendó una nueva fecha para su realización, del 23 de julio al 8 de agosto de este año, el asomo de una nueva ola de contagios por COVID-19 la hace tambalear.
Incipiente recuperación
Antes de la pandemia, el número de empresas o negocios dedicados al deporte crecía 5.4 por ciento cada año.
Con la Jornada Nacional de la Sana Distancia, que comenzó el 23 de marzo de 2020, y después con la ‘nueva normalidad’, se transitó de gimnasios y estadios cerrados a aperturas parciales y partidos de fútbol sin aficionados o con aforos restringidos.
En México se cuentan mil 219 instalaciones para eventos deportivos y espectáculos, 6 mil 785 para activación y recreación física, 3 mil 943 para deporte social y 616 para deporte de alto rendimiento.
Todos, dejaron de usarse por varios meses y aún están lejos de recuperar su ritmo previo a la pandemia.
En el fútbol, el deporte más popular en el país (seis de cada 10 mexicanos lo practican o siguen), se suspendieron todos los encuentros de la Liga MX por primera vez en su historia.
En octubre, la afición futbolera regresó a los estadios, pero con aforos de 30 o 50 por ciento de su capacidad. De marzo a diciembre de 2020 sólo se realizaron 4 partidos en 3 estadios (Mazatlán, Victoria y Akron).
De enero a marzo de 2021 se han realizado 11 partidos en 5 estadios y se confía en que se incrementen a medida que más estados pasen a semáforo amarillo o verde.
Se calcula que los ingresos por cada partido de fútbol bajaron entre 15 y 40 por ciento. El ingreso promedio por taquilla era de 3.7 millones de pesos.
Además, los salarios de los jugadores se recortaron entre 20 y 30 por ciento y, por los protocolos sanitarios, los costos extras por temporada se dispararon 70 por ciento (hasta 425 millones de pesos para un equipo de primera división).
Las estrategias cambian
Destinos similares han tenido ligas de básquetbol, tenis y béisbol con cancelaciones de partidos y temporadas.
Por la suspensión de los torneos abiertos de tenis de Los Cabos y Zapopan, en México, por ejemplo, se perdieron 170 millones de pesos en conjunto.
Antes de la pandemia, el básquetbol obtenía el 25 por ciento de sus ingresos de la afición. Ahora, consigue la quinta parte por vender los derechos de transmisión de sus partidos y el número de sus espectadores digitales creció 33 por ciento.
La temporada de la Liga Mexicana de Béisbol fue cancelada y su reactivación se prevé con una nueva estrategia en patrocinios y venta de derechos en televisión para ampliar la difusión de sus partidos.
Con este escenario y las esperanzas puestas en una vacuna que aún no da señales de menguar los contagios, el 6 de abril, Día Internacional del Deporte, pasa de capa caída.