El entorno digital ha superado quizá inimaginablemente el alcance de sus posibilidades comerciales, sociales e industriales. Las redes sociales y buscadores han acortado la brecha entre las sociedades, así como interculturalizado a toda ciudad.
Antes de la llegada del Internet, se hablaba de características peculiares y particulares en cada ciudad o pueblo; sin embargo, hoy en día se ha perdido la singularidad de comunidades ya que los intereses, actitudes y comportamientos se han globalizado en lo que se exterioriza con las compras materiales.
La era digital
Chan Jones, Chief Marketing Officer (CMO), menciona que la digitalización de las sociedades indica los intereses de cada individuo. Es decir, que no basta con conocer lo que se ve, lo que se publica o lo que quiere, sino, aprovechar la información recabada para poder vender un producto de manera certera.
Con esta idea, la era digital no solo avienta la información (comercial, social o política) para quien la “cache”, como pasa con la televisión y radio que asegura llegar a más público pero no garantiza un mensaje efectivo y redituable, en otras palabras, un mensaje a las masas.
Como mencionaba Marx, “las masas son grupos de personas no pensantes” y ya que cuatro de cada diez personas hace una compra consiente, significa que el 60% de la población flotante puede ser explotada de manera comercial en una forma inequívoca aprovechando sus intereses.
Por otro lado, la web 2.0 abrió la posibilidad de interconectividad entre individuos y su entendimiento entre ellos mismo, con la llegada de la web 3.0 se ve posible entender estos intereses para poder ofrecer lo conveniente y no saturar de información para que una venta, ya sea de forma material o ideal, sea efectiva.
Sin duda el entorno digital ha sido un gran avance para que las empresas puedan posicionarse y promocionarse; sin embargo, no todas las ventas son posibles por esta vía ya que el ser humano siempre busca y anhela pertenecer a un grupo físico a pesar de su individualidad.
Al hablar de consumo, los individuos buscan pertenecer a cierto sector predeterminado a sus gustos. Al vivir en un mundo digital y globalizado el país y ciudad de origen quedan en segundo término, se centra entonces, en las semejanzas y singularidades en conjunto.
El decir que “el marketing ya no es para las masas” ejemplifica la forma de ajustar, reducir, segmentar, aprovechar y simplificar los mensajes a un sector en específico que consume de forma digital o físico. Esta idea si bien puede ser una promesa de individualidad, debe ser bien aprovechada por el sector empresarial, político y social para reforzar el segmento estudiado y hacerlos sentir participes, consientes y únicos. 
