IMAGINA QUE…
- Por luchar y defender tus valores, de viva voz y con acciones en contra de lo que consideras que está mal en tu sociedad, enfrentas a tu gobierno.
- Solo por pensar diferente, te detienen y te encarcelan. No por un año o dos. Prisión perpetua.
- Después de 27 años, no solo sigues fiel a tus ideas, ideales y principios, sino que, además, creces como persona, te haces más fuerte y finalmente logras la libertad por la presión internacional a tu favor… para seguir luchando por aquello por lo que te encarcelaron.
- Después de tantas luchas, logras convertirte en presidente de tu país. Ser un individuo respetado y admirado en todo el mundo porque finalmente, conseguiste lo que buscabas. No el poder, sino el bienestar de todos los ciudadanos.
Ese es Nelson Mandela, y es el mejor ejemplo de RESILIENCIA que puedo encontrar. Pero hay muchos ejemplos.
Resiliencia
Esa palabra que algunos no entienden, es sumamente importante en nuestra vida.
Psychology Today la define como: La cualidad psicológica que permite a algunas personas ser noqueadas por las adversidades de la vida, para regresar, por lo menos, tan fuertes como antes.
Eso nos aclara el panorama.
Es una CUALIDAD, psicológica, que aplica a ALGUNAS personas, y que les permite, DESPUES DE UN CONTRATIEMPO FUERTE, recuperarse y VOLVER A COMENZAR, por lo menos CON LA MISMA FUERZA que tenían antes del contratiempo, lo cual implica que es probable que regresen aún mejor.
¿Te das cuenta de la importancia que esta cualidad tiene hoy en nuestra sociedad, en el mundo?
Interesante que no es algo genético. Tener padres resilientes, no garantiza que tú la vas a heredar. Sin embargo, es muy probable que logres adquirirla, pues el primer paso para lograrlo, es tener el ejemplo.
Un niño que vive y crece en un ambiente en el cual se respira amor, tranquilidad, donde se apoyan unos a otros para resurgir después de cualquier dificultad, aprenderá que es posible caer, estar tirado en el suelo y después resurgir. Aprenderá a ser resiliente.
La resiliencia, es algo que aprendemos y, una vez aprendido, nos dura para toda la vida, pero debemos tratar de comenzar a aprender desde la niñez.
UNA COSA ES UNA COSA, Y OTRA COSA ES…
Conozco personas que prefieren mentir a sus hijos acerca de la muerte, que ayudarlos a enfrentarla y comprenderla. Hay quienes lloran durante meses, quizá años, la partida de un ser querido. Sus únicas conversaciones son sobre ese tema, sus actividades sociales se ven limitadas por lo mismo, suspenden su vida, porque alguien partió.
Y hay quienes lo enfrentan, lloran, lo aceptan y en pocos días regresan a su actividad normal. Sufriendo a veces por dentro, pero mirando al futuro. Son RESILIENTES.
Cambiar de barrio, cambiarnos de casa o de escuela, dejando amigos y compañeros detrás. La negación de un empleo, la pérdida del mismo, la ruptura de una relación importante, un divorcio y muchos otros más, son situaciones que todos experimentamos, y podemos vivirlas de dos formas diferentes.
Si hemos aprendido a ser resilientes, pasan como eventos; nos duele un tiempo y seguimos adelante. Si no somos resilientes, cualquiera de las situaciones descritas antes, puede convertirse en un trauma que no nos permita seguir adelante, hasta que haya alguna intervención que nos sacuda y nos saque de ese estado.
CUANTO ANTES, ES MEJOR
Como ves, entre más temprano aprendas a desarrollar esta cualidad, tendrás una herramienta más fuerte para la vida.
Un niño que, desde pequeño, aprende que en la vida hay caídas, pero que se puede levantar, limpiará las heridas y seguirá adelante, continuará así en la escuela, en la universidad, en el trabajo… tendrá una herramienta para destacar, para ser feliz.
Por el contrario, los niños sobreprotegidos, cuyos padres prefieren detener la caída para que no sufra y no tenga que luchar para levantarse, estarán criando a un individuo totalmente diferente. Uno que no estará equipado para enfrentar la realidad de la vida, ni en su entorno social, ni en el laboral, ni en el matrimonio. Este niño, no tendrá las herramientas suficientes para enfrentarse a un mundo, en el que cada vez es más fácil caerse y más necesario levantarse.
La resiliencia nos da el poder de atacar los problemas con rapidez, de sobreponernos a las adversidades y de seguir adelante.
Seguramente puedes pensar en alguien que es resiliente. Alguien que, a pesar de las dificultades que todos tenemos – sobre todo en estos momentos – mantiene una actitud positiva y cuando le preguntas ¿cómo estás?, generalmente te responde ¡Bien!
Es fácil intuir que no todo está bien, que hay situaciones duras por las que esta persona está pasando, pero que voluntaria y conscientemente, ha decidido no darles tanta importancia como para arruinar su día. Y esta actitud, en sí, es también el primer paso para resolver no solamente los problemas cotidianos, sino los extraordinarios. No darles tal importancia que nos arruinen la vida, es un beneficio de la resiliencia.
Algunas características DE LAS PERSONAS RESILIENTES:
- Se auto-perciben como luchadores, no como víctimas
- Poseen una alta Inteligencia Emocional
- Son buenos comunicadores
- Tienen una visión positiva de ellos mismos. ¡Se quieren pues!
- Son realistas en sus planes
Habrá muchas personas que no tienen esta cualidad y que querrán comenzar a desarrollarla ya, ahora mismo.
Y sí es posible.
ALGUNOS CONSEJOS PARA DESARROLLAR LA RESILIENCIA
ENFÓCATE EN LO QUE PUEDES CONTROLAR
Antes de iniciar proyectos que pueden parecer inalcanzables, ¿por qué no te concentras en aquello que puedes realizar?
Divide tu proyecto en actividades que puedes controlar y que no te parecerán una locura. Cada logro, cada cierre, te hará sentir más fuerte y te permitirá ver los pequeños fracasos, que todos tenemos, como lo que son: tropiezos en el camino a los que te puedes sobreponer sin problema.
BUSCA APOYO, Y DEJA DE LLORIQUEAR
Buscar apoyo de gente que puede ayudarte a sobreponerte de la situación en la que has caído, es muy importante. Busca el apoyo adecuado. ¿Tu pareja? ¿Una amiga o amigo? ¿un psicólogo? Tú decides quien te puede brindar apoyo de verdad, no complacencia. Búscalo.
Pero tan importante como buscar apoyo, es el dejar de lloriquear y revolcarte en tu dolor. ¿La regaste? Bueno, pues ve qué es lo que tienes que corregir para la siguiente ocasión y sigue adelante. Límpiate las rodillas, acomoda la corbata y como si nada hubiese sucedido.
El mundo no se va a acabar, solo porque tienes un contratiempo. Supéralo.
EL MUNDO CAMBIA A CADA SEGUNDO. ¡PONTE LISTO!
La situación que hemos vivido desde hace más de un año, nos ha enseñado que el mundo cambia en un minuto. Y un cambio mundial, nos afecta a todos y en todo. Ponte listo.
Los cambios van a seguir y mientras más preparada estés para recibirlos, mejor te va a ir. Una persona resiliente, mira al futuro. Prepara su camino para no caerse. Pero si se cae, se levanta, analiza qué es lo que motivó su caída y sigue su ruta.
CONSTRUYE REDES DE APOYO
Un pequeño o pequeña que es resiliente, va confiado por la vida, porque sabe que tendrá a su alrededor a personas que le van a tender una mano si acaso llegase a necesitarla.
Tener una red familiar o de amigos, es importante. Solo que estas redes hay que cuidarlas, abrazarlas, alimentarlas, mantenerlas vivas. ¿Quiénes están en tus redes? ¿Son personas que saben de ti, de tu vida, de tus sueños y realidades? ¿Cuándo fue la última vez que la alimentaste, con una llamada, un mensaje, una visita?
Una red, aún a la distancia, debe ser para convivir, para socializar y crecer, no para depender de ella. Esto es una gran diferencia.
LEE O VE PELÍCULAS U OBRAS SOBRE EL TEMA QUE TE TIENE “TIRADO”
Si te fijas, las grandes películas están basadas generalmente en grandes dramas. Y la razón por la que tienen tanto éxito, es en parte por el impacto que tiene en el público que, de una u otra forma, busca ver esas tragedias y la forma en que otros las han resuelto. Nunca está de más explorar otros puntos de vista a través de un buen libro, una obra de teatro, una película sobre esa situación que te aqueja. Quizá ya lo hayas hecho, sin pensarlo.
Para despedirnos,
Hay muchas personas resilientes a tu alrededor. Quizá tú mismo, alguien en tu familia, en tu círculo de amigos, en el trabajo. Si observas, los encontrarás.
Resiliente es el compañero a punto de cerrar una venta, que no se lleva a cabo y, después de un hondo suspiro, quizá una mentada, toma el teléfono y continúa con entusiasmo buscando al cliente.
Resiliente es la persona que pone todos sus ahorros, su ilusión y su esfuerzo, en un pequeño negocio que no prospera. Y al día después de cerrarlo, está buscando nuevas oportunidades.
Resiliente es la persona enamorada, que es botada por su pareja. Y que después de un corto tiempo, retoma su vida social con el mismo buen ánimo e ilusión de siempre.
Resiliente es el pequeño o pequeña que, aprendiendo a andar en bici, se cae, y raspa sus codos y rodillas, pero que después de algunas lágrimas y unos cuantos apapachos, toma su bici y se vuelve a subir de inmediato, a seguir intentando.
Y también lo es este pequeño, que, habiendo perdido a su madre, decide impactar al mundo, una persona a la vez:
En ningún lugar dice que estas personas, incluyendo a Mandela, no hayan sufrido. Seguramente todos sufrieron, se desilusionaron, gritaron, quizá lloraron, se derrumbaron. Pero tuvieron la fuerza suficiente para retomar su vida, con mayor experiencia y más fuerza.
¿Qué tan resiliente eres?
JL