Me resulta muy triste y, sobre todo, preocupante percatarme de que tanto agencias como free-lancers siguen queriendo hacer su trabajo con herramientas gratuitas.
Muchas personas y entidades que trabajan para terceros tratan de ganarse cuentas a base de precios bajos, muchas veces como consecuencia de lo lastimado que está el costo de nuestro trabajo.
A través del tiempo, se ha generado un círculo vicioso que deberíamos de estar rompiendo con calidad, pero más de los que quisiéramos no se atreven.
Con tal de ganar y/o mantener una cuenta, andan desesperados buscando herramientas gratuitas que les permitan hacer su trabajo y entregar al cliente lo que le ofrecieron.
Lo patético de la situación es que quien está usando herramientas sin costo pareciera que ignoran o en verdad ignoran que lo que es “gratis” no es gratis.
Si alguien ha desarrollado aplicaciones y sitios que te ofrecen reportes o funcionalidades que facilitan el trabajo cotidiano del manejo y administración de redes sociales o plataformas digitales es porque el producto eres tú o tu cliente. En otras palabras, les estás pagando con toda la información de tus contenidos, incluyendo información clave del cliente y de ti.
Debemos de aprender a convencernos de ello y de educar a nuestros clientes. Debemos de hacerles saber que al comprar servicios baratos es porque no se están utilizando las herramientas adecuadas que tienen un costo, y que están exponiendo las tripas de su negocio por pagar barato.
Es decir, quienes cobran un poco pueden ofrecer servicios menos vulnerables a hackeos y robo de estrategias. Es tan simple, sencillo y elemental que a muchos les cuesta trabajo entender.
No expongamos a nuestros clientes. Compremos herramientas y cobrémoslas a los clientes educándolos y concientizándolos de que pagar menos es exponerse de forma desnuda a los ladrones de información.
Y tú no olvides: la calidad es tu mejor respaldo. Es lo que te genera recompra, no el precio.
No te expongas: los clientes que se van por precio regresan por calidad.
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