La industria del tabaco ha sido una de las más perseguidas en términos de regulación publicitaria, a tal grado que hoy existe en México un dictamen que busca prohibir todo tipo de publicidad, incluidos los puntos de venta, e instaurar empaques genéricos para todo tipo de tabaco.
El dictamen fue elaborado por la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, y ahora está en manos de los legisladores para su análisis.
Entre las consideraciones que contempla el texto, también está la prohibición de saborizantes en los productos del tabaco, además de retirar elementos que diferencian a las marcas comerciales.
La noble causa del dictamen es erradicar el tabaquismo, que causa la muerte de 8 millones de personas en el mundo, ya sea por este hábito o por males asociados a esta adicción, de acuerdo con el Consejo Mexicano contra el Tabaquismo.
Se estima que en México hay 7 millones de fumadores activos y mueren 53 mil personas al año por esta causa.
Otro de los argumentos dados por quienes impulsan esta prohibición, es que la industria que genera 11 mil 400 millones de dólares también tiene evasiones fiscales importantes.
A pesar de lo anterior, se calcula que la industria del tabaco genera 40 mil millones de pesos en IEPS (Impuestos Especial sobre la Producción y Servicios).
Otro argumento que se suma en favor de la prohibición publicitaria, es el costo que el tabaquismo representa para el Estado en cuanto a atención médica, que se calcula en más de 31 mil millones de pesos, además de los gastos indirectos, relacionados con la pérdida de productividad de las personas que sufren algún padecimiento relacionado con este mal.
A pesar de las buenas intenciones, los extremos nunca han sido buenos, y la prohibición más que la regulación, siempre invitan a quebrantar los límites, sobre todo, cuando se trata de temas adictivos.
Como resultado de regulaciones anteriores, por ejemplo, la de 2008, en México las cajetillas de estos productos cuentan con un etiquetado frontal que se considera de los más avanzados y que, incluso, ha recibido varios reconocimientos internacionales.
Aún así, la Organización Mundial de la Salud ha insistido en que la prohibición de la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco “es una de las maneras más eficaces de reducir el consumo”, y acota que en los países que ya han introducido prohibiciones, 19 en total, se han obtenido reducciones del consumo de 7 por ciento.
Jóvenes vulnerables
La OMS calcula que, a nivel mundial, el 78 por ciento de los jóvenes de 13 a 15 años de edad están expuestos habitualmente a alguna forma de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco.
Actualmente, los cigarrillos electrónicos han cobrado popularidad entre la población joven, lo que se vincula con que 7 de cada 10 estudiantes de educación media y secundaria han estado expuestos a publicidad de cigarrillos electrónicos.
Algunas investigaciones sobre el impacto de publicidad en jóvenes, mencionan, además, que el ver a personajes fumar en películas es un fuerte estimulante para que los jóvenes se conviertan en fumadores.
Por esa razón, y dado el crecimiento de los casos de cáncer relacionados con tabaquismo en medio de la pandemia, se busca tener ambientes cien por ciento libres de humo de tabaco, la prohibición total de la publicidad y advertencias gráficas más grandes, acordes con el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT), del que México forma parte.
Pero lo que debemos tener claro es que la publicidad no es la única responsable, y que de convertirse en ley esta propuesta, el tabaquismo no se eliminará de facto en cuanto desaparezca la publicidad.
Muchos otros elementos deberán tomarse en cuenta si en verdad se quiere mitigar esta adicción, por ejemplo, una política de alternativas para dejar el tabaco, junto con una de hábitos saludables enfocadas en reducir el estrés, ¿no lo crees?