La reputación de las empresas no se basa únicamente en sus propias acciones, sino también en el entorno regulatorio en el que operan, que en gran medida es definido por la legislación y las instituciones gubernamentales del país en el que opera. Por ello, las reformas constitucionales impulsadas por la administración saliente y respaldadas por la entrante, pueden alterar el funcionamiento del entorno comercial y empresarial en México e impactar en la reputación de las empresas, afectando directamente su relación con consumidores, stakeholders, inversores e incluso socios comerciales internacionales.
En el marco de la reciente aprobación de la reforma judicial y en vista de la discusión de aquellas pendientes, el área de Asuntos Públicos de LLYC México, la firma global de Marketing y Corporate Affairs, presenta un análisis de los posibles impactos para el sector privado, desde un punto de vista poco abordado durante este periodo de incertidumbre: los riesgos reputacionales.
Los cambios que conlleva la reforma para el Poder Judicial plantean importantes riesgos reputacionales para las empresas, desde una perspectiva de relaciones públicas y alianzas estratégicas. Al depender de un sistema judicial autónomo y eficiente para resolver disputas y garantizar un entorno legal predecible, cualquier percepción de debilitamiento de esta independencia podría afectar negativamente la confianza en el mercado mexicano y en las empresas que operan en él. Esto impactaría la percepción de las empresas como inversiones seguras y confiables, al igual que podría complicar la formación de alianzas estratégicas y relaciones públicas positivas con socios internacionales, inversores y otros stakeholders.
Entre las reformas empresariales propuestas, también destaca la eliminación de organismos autónomos como la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), como un riesgo significativo para la reputación corporativa de las empresas, ya que sin estos reguladores, podría disminuir la confianza en la transparencia y la integridad de las prácticas empresariales. Además, su desaparición podría impactar negativamente los rankings internacionales en los que se basan muchas empresas para obtener financiamiento y acceder a nuevos clientes o mercados, comprometiendo y mermando así, su capacidad de crecimiento y expansión.
En miras a la revisión del TMEC en 2026, el área de Asuntos Públicos de LLYC, advierte que los riesgos reputacionales se vuelven aún más relevantes. La eliminación de organismos autónomos y la reforma judicial propuesta pondrían en riesgo la percepción de transparencia e independencia, especialmente en áreas clave como la competencia económica y la gestión de empresas estatales, mencionadas en los capítulos 21 y 22 del Tratado. Este deterioro reputacional podría reducir el poder de negociación de las empresas mexicanas e incluso limitar su participación en decisiones clave durante las negociaciones, afectando su capacidad para influir en políticas que impacten su futuro.
Sin embargo, no todo es negativo, estos riesgos también pueden representar oportunidades para el sector privado. “Con las tácticas de fortalecimiento reputacional adecuadas, las empresas podrán fortalecerse al demostrar resiliencia frente a un panorama incierto con decisiones acertadas: como quedarse, crecer en México y contribuir al desarrollo del país. Esto les brinda una oportunidad única para expandirse y prosperar incluso en condiciones adversas,” señala Mundo Montes de Oca, Director de Asuntos Públicos en LLYC.
Para lograrlo, se recomiendan las siguientes claves que permitirán a las empresas navegar con éxito la incertidumbre política actual:
- Asesoramiento especializado: Resulta crucial para entender el panorama político y tomar decisiones informadas, al identificar tanto los riesgos como las oportunidades, asegurando que las acciones de la empresa sean estratégicas y efectivas.
- Fomento continuo de los principios ESG: Comunicar activamente las acciones de responsabilidad corporativa que realiza la empresa, creando así un margen de confianza y credibilidad ante las nuevas autoridades que protegerá a la empresa frente a cambios regulatorios o desafíos inesperados.
- Promoción de las fortalezas de México en mercados internacionales: Las campañas de comunicación hacia el extranjero son fundamentales para que las empresas destaquen proactivamente las ventajas de invertir en México, anuncios de inversión (o reinversión) y sus casos de éxito.
- Alianzas estratégicas: Establecer alianzas sólidas con asociaciones civiles, cámaras empresariales y otros actores clave es esencial para ofrecer respuestas coordinadas y más fortalecidas al hacer frente común con necesidades claras y más vocales.
- Acercamiento con organismos gubernamentales: Mantener un diálogo abierto y constructivo con los organismos gubernamentales, incluso a pesar de los cambios internos, es vital para influir en las decisiones y asegurar un entorno más favorable para las operaciones en su empresa a largo plazo.
Ante un escenario prospectivo cambiante e incierto, la situación permite que las empresas identifiquen a la par riesgos emergentes y nuevas oportunidades que facilitarán la capacidad de adaptación en esta transición. Es momento de que las empresas demuestren su resiliencia ante la adversidad y que sean capaces de tomar decisiones acertadas. Es clave, afrontar los retos y prosperar dentro de la incertidumbre para desarrollar soluciones que permitan el crecimiento compartido de la empresa mientras que contribuyen al desarrollo social y económico de las y los mexicanos.
