¡Ya estoy de vuelta en Soy Marketing! Hay ocasiones en la vida que necesitamos hacer una pausa en nuestras vidas para volver a llenarnos de nuevas ideas. Eso fue lo que pasó conmigo.
Realicé un viaje por distintos países latinoamericanos, donde observaba los hábitos de consumo de las personas; así como las compañías/agencias que manejan marcas globales adaptaban su publicidad al público local.
Y fue así como me di cuenta que el secreto en la innovación radica en el talento de las personas.
La innovación tiene que ser constante, ya que trae cambios necesarios en nuestras vidas, como lo ha sido los dispositivos móviles.
La clave para que una ciudad innovadora florezca debe ser alentada por una cultura de tolerancia social combinada con el fracaso individual. Esto me tocó verlo en las grandes urbes de Sudamérica: Bogotá, Santiago y Buenos Aires.
Fue ahí donde me pregunté: ¿Qué hace falta en México para dar un “salto” innovador?
Creo que hacen falta infraestructuras financieras, organizativas y comerciales enfocadas a la tecnología; así como contar con una masa crítica de mentes creativas respaldada por buenos sistemas educativos. ¡Esto se lee tan fácil, pero es una labor por parte de todos!
Debemos de tener claro que la “genialidad individual” no existe. Necesitamos estar en un ecosistema con gente que critique y aporte a nuestro trabajo.
La innovación es un proceso social, donde los grandes avances vienen de la gente de la que aprendemos, de la gente con la que competimos y de la gente que aprendemos.
En mi opinión, México cuenta con varias ciudades con un dinamismo muy particular, que actúan como un imán para mentes creativas y pueden convertirse en importantes centros de innovación.
Y después de esta experiencia de vida, me queda claro que los innovadores quieren vivir en lugares vibrantes donde se glorifique el talento, más que el dinero.