La exposición de los niños y adolescentes en redes sociales los vuelve doblemente vulnerables. Ahora sabemos que gran parte de los primeros contactos que las organizaciones de tráfico de personas establecen con ellos, se realiza justo en las plataformas sociales.
No es gratuita la tendencia de los proveedores de estos servicios a establecer candados o versiones con ciertos límites para este segmento de usuarios.
Muchas de esas plataformas suelen preguntar por la edad antes de otorgar ciertas licencias, incluso para el uso llano de la red. Si no se cumple con la edad mínima requerida no se puede acceder al servicio.
Aunque claro, siempre ha existido la posibilidad de que alguien mienta al dar esta respuesta y logre burlar este candado, basado exclusivamente en la honestidad de quien responde.
Al final, la comunicación en línea siempre tendrá la desventaja de no poder mirar al otro, quien oculto tras la pantalla de su ordenador o dispositivo electrónico, es capaz de usar la máscara que mejor le acomode en sus intenciones, las que, muchas veces, no son buenas.
De ahí, la necesidad de ser más observadores y limitantes en las medidas que se toman para dar acceso a niños y jóvenes a redes sociales.
Aunque se han creado versiones exclusivas para menores, como YouTube Kids, que alberga los contenidos marcados para para este segmento, y que los padres pueden, incluso, configurar para poner más límites, aún falta mucho por hacer.
El uso de las redes sociales no sólo se incrementó en las personas mayores, los niños y jóvenes también recurrieron a estas plataformas en el intento de mantenerse en contacto con sus compañeros de escuela, amigos y familiares, a quienes no han visto por un año.
Las plataformas están conscientes de que el tiempo de exposición de los menores en redes sociales se ha incrementado a causa del confinamiento que impuso la pandemia y, por ende, están más expuestos a contenidos no apropiados para su edad, pero también a ser contactados con fines delictivos.
Por eso, queremos pensar en la buena intención que Facebook ha tenido al anunciar que prepara una versión de Instagram destinada para menores de 13 años, la que busca que el contacto que se establezca, por medio de esta plataforma, se limite a ser con personas de una edad similar.
Ya Facebook ha realizado un experimento similar con su versión Messenger Kids, hace cuatro años, la que actualmente tienen 7 millones de usuarios mensuales.
La intención de la nueva versión para niños de Instagram, una plataforma muy popular en este segmento, es elaborar productos “adecuados para los niños”, pero que sean administrados por los padres, por lo que, la meta es “llevar una experiencia controlada por los padres a Instagram”, ha dicho Joe Osborne, portavoz de la plataforma.
Se prevé que la versión para niños de Instagram ofrezca funciones similares a la versión que ya existe, sólo que, con el control de las cuentas por parte de los papás de los menores, esto con el fin de reducir la posibilidad de contacto por parte de adultos que buscan ganarse la confianza de los menores para manipular y/o abusar.
En ese mismo sentido, la plataforma anunció que también lanzará una nueva forma de bloqueo en su versión original, a fin de que los adultos no puedan contactar a jóvenes que no los siguen previamente, además de algoritmos que permitan identificar la presencia de menores en la red.
Como sea, la recomendación de fondo es estar atento a lo que nuestros niños hacen, con quién platican y conviven, qué es lo que ven, qué es lo que los impacta, influye o afecta.
Es loable que surjan estas versiones por parte de las plataformas, pero el control y el límite verdadero debe ser puesto desde casa.
Informar a los hijos sobre los riesgos latentes del uso de redes sociales es obligación de los padres. Confiar exclusivamente en la responsabilidad que deben tener las redes sociales en el tema, no basta, hay que hacer un poco más desde casa, ¿no crees?