Siempre he dicho que es igual de insufrible tener que realizar un trámite ante gobierno que ante un banco. Nuestro país es uno de los principales destinos donde las instituciones financieras hacen y deshacen con los usuarios de sus productos y servicios. Las quejas, reclamaciones y litigio en contra de todas las divisiones de las instituciones financieras es cosa de todos los días.
Pelea de corruptos
Justo en el marco de una pelea de declaraciones entre el ex Presidente Zedillo y la Presidenta Sheinbaum es que reaparece el tema del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA) con todo lo que ello implica y la mancha histórica que tuvo nuestro país a raíz de dichos hechos que, por cierto, no son exclusivos del país sino que en aquellos gigantes como EUA sucedió un rescate similar con el estallamiento de la burbuja inmobiliaria en 2008.
El FOBAPROA surge en 1990 como una especie de “seguro” en el caso de que los bancos cayeran en insolvencia. Ese fondo se activó en 1994 derivado de la crisis económica que vivimos; debido a la falta de regulación y de corrupción en el trasfondo, se rescataron instituciones bancarias haciendo su deuda privada pública para que el gobierno hiciera frente a esas obligaciones crediticias incumplidas. Esa deuda adquirida aún tiene resabios evidenciando que una deuda de grandes magnates del dinero fuera pagada por varias generaciones de mexicanas y mexicanos.
El IPAB, hijo del FOBAPROA
Derivado de ese desastre surgió el Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB), una institución que también prevé la forma de cubrir los riesgos de la falta de liquidez de las instituciones de banca y crédito, pero con reglas más claras, límites y corresponsabilidad de esas instituciones, de tal manera que si quedan en bancarrota o empiezan a hacer cosas extrañas, el gobierno puede intervenirlas. Ello además que los bancos tienen que aportar una suma equivalente de 4 al millar por sus transacciones para ir construyendo una especie de fondo y el gobierno no tenga que asumir el golpe completo.
En efecto, sabemos que en el fondo si los bancos se vuelven insolventes a quienes afecta es al público ahorrador porque sus ingresos en las instituciones de este tipo se esfuman, sin embargo, el rescatar por rescatar es prácticamente resolver el problema a un sector que maneja muchísimo dinero y, además, no se les sanciona por la irresponsabilidad en el manejo financiero.
La Comisión de Defensa
Una vez conocido el preámbulo de los bancos resulta más claro entender que los servicios financieros no son de la mejor calidad y si bien tenemos que defendernos en tribunales, existe una vía (no siempre la mejor por falta de fuerza de sanción) para defender nuestros derechos como clientes. La Comisión Nacional para la protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), es una institución de protección en el sistema financiero que tiene como objetivo brindar asesoría y defender a los usuarios a través de varios esquemas.
En términos simples, cuando tenemos algún problema con un servicio que preste el banco en cuando a nuestra cuenta, tarjeta, retiros, inversiones y demás servicios. Cuando eso suceda tenemos la posibilidad de acudir a CONDUSEF para recibir asesoría jurídica a fin de que nos digan cuáles son nuestras opciones de acción.
Mediación y arbitraje
Cuando ya se trata de una queja formal, entonces presentamos un escrito (puede ser de forma verbal presencialmente en las oficinas de CONDUSEF) con el nombre y dirección nuestra y de la institución financiera a la que le reclamamos algo; además se debe incluir una relación de los hechos que generaron la molestia y la prueba de que tenemos un servicio contratado con ellos.
Este procedimiento es de conciliación con la finalidad de llegar a un acuerdo que se eleve a un Acta Circunstanciada y sirva de compromiso para arreglar el problema. En este proceso el banco tiene que presentar un informe respecto de lo reclamado o, de lo contrario será sancionado.
En caso de que no lleguen a un acuerdo, se ofrece el Procedimiento de arbitraje en amigable composición y en estricto derecho, donde las partes acuerdan cómo van a llevar a cabo el procedimiento de resolución de diferencias y aceptan que haya un árbitro que va a emitir una resolución que deberán acatar las partes. Lo importante del arbitraje es que tanto el banco como el usuario fijarán plazos, términos, tipo de pruebas y demás circunstancias para que no salgan con pretextos después.
Comisión chimuela
Ahora la realidad. Normalmente los procesos de conciliación en CONDUSEF nunca llegan a un acuerdo y mucho menos en favor del usuario, mientras que el arbitraje, al no ser obligatorio, es rechazado por la institución. Dadas esas circunstancias, los usuarios tienen que irse a una demanda que puede tardar varios meses con todo lo que ello conlleva.
Y sí, esa es la realidad de esta Comisión que, en términos populares, se dice que “no tiene dientes”, ya que las sanciones que le permite imponer la ley son sólo porque no entregue alguna información a la que esta obligada. Sanciones además muy blandas, lo que genera que no se comprometan con resolver los problemas de los usuarios.
Incluso, así como hay un Buró de Crédito que todos sabemos su impacto en nuestro crédito, también existe un Buró de Entidades Financieras, donde incluyen “productos que ofrecen las instituciones financieras, sus comisiones, sus prácticas, sus sanciones administrativas, sus reclamaciones, y otra información que resulte relevante para informar a los usuarios del desempeño en la prestación de sus servicios y contribuir así a la adecuada toma de decisiones de los usuarios de servicios financieros”, sin embargo, en materia de sanciones no tiene impacto alguno, así que, por lo menos en nosotros está revisar este Buró antes de sacar una tarjeta, un crédito u otro servicio para descartar a los de mala reputación.
Sí, por eso tenemos muchas instituciones bancarias del exterior, porque saben que en México es mucha la ganancia y poco el riesgo de sanción.