Hace ya varios años, el entonces Presidente de la República, Vicente Fox, hizo una declaración desafortunada cuando le preguntaron sobre los paisanos que cruzan la frontera norte para poder acceder a un empleo en mejores condiciones económicas que las que ofrece nuestro país. La frase Los migrantes mexicanos hacen trabajos que ni siquiera los negros quieren hacer” se dio en el seno de un reclamo al país vecino ante la implementación de medidas anti migrantes; desde luego, esa declaración molestó a la comunidad afroamericana, a los propios mexicanos en el extranjero y a buena parte de la sociedad en nuestro país.
La migración
El fenómeno migratorio vinculado con lo laboral ha sido uno de los temas más polémicos, incluso, dentro de la comunidad latina en los Estados Unidos de América, quienes en no pocas ocasiones han manifestado su descontento por la falta de freno a la migración porque, al igual que los originarios de ese país, asumen que la llegada de personas de otras latitudes les va a quitar su empleo. Es entonces cuando las medidas proteccionistas surgen y hasta se vuelven bandera en campañas políticas.
Por otro lado, el mundo globalizado exige de perfiles diversos que se encuentran en diversos países del planeta, ya que lo que se busca es la capacidad, la experiencia o la persona específica que pueda llevar a cabo tareas especiales en términos de los servicios que ofrece o que piensa ofrecer una empresa. La realidad es que una de las promesas de la globalización era precisamente la integración de regiones de forma paulatina, empezando por lo financiero hasta concluir con el libre tránsito entre países, un poco como pasa en la Comunidad Europea.
Marketing global
En este debate, es el marketing una de las disciplinas que más se han internacionalizado. En primer lugar porque la propia materia exige conocimientos de centros especializados en mercadotecnia, quienes llevan más años en el estudio del impacto de la publicidad en las audiencias como pasa, por ejemplo, con los Estados Unidos de América. Adicionalmente, muchas de las tareas que conlleva el marketing no requieren de presencia en un lugar, de ahí que, con la pandemia, el aislamiento generó que el home office se fortaleciera en esa área del conocimiento y, ahora, hasta se acuse de ser una de las carreras gentrificadoras de espacios como algunas colonias de la Ciudad de México.
Y justamente en esta internacionalización es que existen ocasiones en que tengamos la inquietud de contratar a un extranjero que, por sus habilidades, conocimiento, experiencia o preparación académica, puede cubrir una vacante dentro de nuestro negocio, sin embargo, muchas veces se tiene en la cabeza el impedimento de contratar a alguien en el país por el miedo a que infrinjamos una ley o, en el otro extremo, aquellos temerarios que contratan así nada más sin saber el fondo legal que requiere esa contratación.
Restricciones mexicanas al extranjero
En el fondo, la concepción del derecho mexicano es proteccionista, ya que si bien no hay un impedimento férreo para contratar extranjeros, la Ley Federal del Trabajo pone una limitante importante en el artículo 7 que señala:
En toda empresa o establecimiento, el patrón deberá emplear un noventa por ciento de trabajadores mexicanos, por lo menos. En las categorías de técnicos y profesionales, los trabajadores deberán ser mexicanos, salvo que no los haya en una especialidad determinada, en cuyo caso el patrón podrá emplear temporalmente a trabajadores extranjeros, en una proporción que no exceda del diez por ciento de los de la especialidad. El patrón y los trabajadores extranjeros tendrán la obligación solidaria de capacitar a trabajadores mexicanos en la especialidad de que se trate. Los médicos al servicio de las empresas deberán ser mexicanos.
No es aplicable lo dispuesto en este artículo a los directores, administradores y gerentes generales.
Es decir, el derecho de preferencia de un mexicano en la consecución de un empleo está no sólo en el número en donde se le obliga al patrón a tener un porcentaje del 90 por ciento de plantilla nacional, sino que en el caso de técnicos y profesionales en alguna materia, la única forma de contratar extranjeros es que esa especialidad no se tenga en México por parte de un mexicano. Francamente creo que una limitación de ese calibre rompe con la libre competencia y desnaturaliza la idea de que son las personas más capaces quienes deben ocupar un puesto.
El viacrucis burocrático
Ahora bien, superando ese escollo de porcentajes y preferencias, no se puede contratar así como así a una persona de otra nacionalidad que no sea mexicana, ya que, para ello, el patrón debe estar registrado ante el Instituto Nacional de Migración a través de un trámite relativamente fácil en cuanto a la documentación requerida, pero ríspido en cuanto a la atención y los microrequisitos que se piden. Una vez hecho ese trámite, se expide una constancia que permite a esa persona a contratar extranjeros, de tal manera que la oferta de trabajo tiene que hacerla posterior a ese permiso.
Posterior a ello debe emitir un contrato y firmarlo con la persona señalando la vigencia, las funciones y, además de todo, darlo de alte ante el Seguro Social como un trabajador más.
De la misma manera, la persona a la que le extendamos la oferta de trabajo debe llevar a cabo trámites para obtener la visa de residencia por trabajo, entendiendo que el trámite tiene sus modalidades dependiendo si se encuentra en el extranjero o en nuestro país con base en otro estatus migratorio.
Es importante revisar los requisitos y llevar a cabo los trámites, sobre todo en estos momentos que hemos recibido oleadas de migrantes que, por disposiciones estadounidenses, han señalado a nuestro país como el receptor único del problema, propiciando cientos de personas en las calles de otra nacionalidad que ni siquiera piden apoyo económico, sino una oportunidad laboral que, por cuestiones humanitarias debiera facilitar el estado mexicano y, con ello, flexibilizar trámites y ayuda.