En el mundo del deporte hay cifras que marcan una era. Esta semana, una de esas cifras se volvió realidad: la familia Buss vendió la mayoría de los Los Angeles Lakers por 10 mil millones de dólares.
No es un error de dedo: es la nueva cima del sport business global.
Detrás de esta operación está Mark Walter, CEO de Guggenheim Partners y actual propietario de los Dodgers, los Sparks, parte del Chelsea, del equipo Cadillac de F1, de ligas femeniles como la PWHL y hasta del squash profesional. Un perfil discreto, pero con obsesión por ganar. Y ahora, el nuevo dueño de la franquicia más emblemática de la NBA.
Según reportes de ESPN y The Athletic, la operación mantendrá a Jeanie Buss como gobernadora del equipo por varios años, aunque la familia conservará únicamente el 15%. Para dimensionar el salto: en 1979, los Buss compraron a los Lakers, junto con los Kings de la NHL y el Forum, por apenas 67.5 millones de dólares.
Hoy, ese activo se multiplicó por más de 140 veces ¿Y por qué tanto?
Porque la NBA no solo vende partidos: vende entretenimiento, vende POP CULTURE, vende futuro.
En los últimos meses hemos visto cómo las franquicias alcanzan cifras inéditas:
– Celtics: $6.1B
– Suns y Mercury: $4B
– Mavericks: $3.5B
– Hornets (Michael Jordan): $3B
Y aún así, los Lakers juegan en otra liga.
Además de ser una marca global con historia, tienen un contrato de televisión local en EU con Spectrum que llegará a 218M al año en 2029. También renovaron contrato con el Crypto.com Arena por 20 años. Y sí, por si faltara algo, ahora tienen a Luka Dončić en la plantilla.
NBA: el deporte más rentable del planeta
La NBA acaba de cerrar un nuevo contrato de medios en Estados Unidos por 76 mil millones de dólares, que tomará efecto a partir de la próxima temporada.
A eso se suman 1.6 mil millones en patrocinios anuales, una audiencia joven y global (18 a 34 años), y un storytelling que trasciende la cancha.
Hoy, el valor promedio de una franquicia NBA es de 4.4 mil millones, un crecimiento del 15% en solo un año.
Food for thought
¿Es esta la consolidación del deporte como el nuevo activo de inversión preferido por los grandes capitales del mundo?
¿O estamos frente a una burbuja impulsada por el hype, el entretenimiento y la percepción de escasez?
Lo cierto es que el deporte ya no se compra por romanticismo.
Se compra por proyección, por data, por retorno y por narrativa.
Y hoy, más que nunca, ese futuro se escribe en purple & gold.