Con mucha regularidad me entero de que los Community Managers se quedan literalmente colgados de la brocha con una cuenta. El cliente decide cancelar su actividad en redes y lo hace, simplemente, dejando de pagar.
Se trata de un fenómeno actual, de trascendencia (para el que está trabajando) y de extensa proliferación. El outsourcing es una tendencia que va a la alta, ya que abarca dos circunstancias que son convenientes para los dos involucrados.
Por una parte, está la modalidad free-lance, que es muy redituable para la empresa: no tiene responsabilidades laborales con el trabajador. Se deslinda de prestaciones, seguridad social, utilidades, etc etc… Y por otra parte, el trabajador puede optar por hacer home-office, lo cual para muchas personas puede resultar muy cómodo, ya que puede fijar sus horarios, evitar traslados, no descuidar casa / familia, etc etc…
Contrato
El problema es que ninguna de las partes asume un compromiso. Y -por lo general- quien sale perdiendo es el trabajador. Tu empleado puede abandonar su puesto de un día para otro, y quizá no tengas respaldo de accesos, contraseñas y demás, lo cual puede ser un dolor de cabeza. Y tal vez sea complicado encontrar un remplazo, pero nada que sea imposible.
El que lleva las de perder es el trabajador, que jamás tendrá certidumbre de seguridad y puede quedarse sin nada en un instante. Puede pensar que su próximo pago vendrá, o que la inversión que hizo en ‘ads’ le va a ser reembolsada. Y resulta que nada de eso sucede.
Sea quien sea, se trate de quien se trate, es CRUCIAL tener un contrato, para la protección de ambas partes. La empresa o contratante tendrá la certeza de que no perderá el control de sus plataformas. El trabajador tendrá el respaldo de un documento con el cual podrá proteger su patrimonio.
Si no, pregúntale a los que generaban contenidos para BuzzFeed México, que desapareció en enero de este año, sin previo aviso. O el caso de Huffington Post en México, que dejó sin trabajo a toda una plantilla de colaboradores sin compensación alguna.
Tenemos que estar conscientes de que nuestra situación puede modificarse de un momento a otro, rompiendo con la inercia de nuestro confort y nuestra estabilidad. Un contrato es el único documento que puede protegernos y respaldarnos, seamos el proveedor o el cliente. Y se trate de quien se trate, ya sea un corporativo quesque muy reconocido o un pariente que consideremos de toda nuestra confianza.
#PapelitoHabla