Desde marzo de 2020, la pandemia obligó a las organizaciones a implementar metodologías y procedimientos teniendo como base el home office, actividad que permitió continuar laborando a algunos “afortunados”. Entonces las juntas, las licitaciones, las clases y otras actividades se convirtieron en presentaciones online, dejando un poco obsoleto el decálogo para hacer presentaciones y hablar en público que escribí hace algunos ayeres.
Cursos, webinars, platicas, talleres… las presentaciones online comenzaron a inundar el espacio digital a través de invitaciones en redes sociales, mailing y sitios web. Con registro o sin registro, las organizaciones no han querido perder el contacto con sus audiencias y se han adaptado a la “nueva normalidad”.
Si eres de los que realiza presentaciones online con frecuencia, aquí una lista de recomendaciones para evitar cometer diferentes errores:
Velocidad de internet:
Con frecuencia, la velocidad de Internet no juega a nuestro favor y nos saca de las reuniones, las traba, las pixelea, nos distorsiona la voz, entre otras situaciones incomodas. Aunque no es una solución infalible, siempre será mejor realizar las presentaciones online a través de un ordenador conectado a Internet por medio de un cable ethernet, así la velocidad de internet mejorará considerablemente; además, es recomendable tener abiertas sólo las aplicaciones necesarias para la presentación, así no se utiliza memoria ram del dispositivo lo que seguramente lo hace trabajar más lento.
Espacio físico visible:
¿Alguien sabe qué significan las almohadas entre la cabecera de la cama y las paredes? Si no quieres que tu privacidad se vea invadida, en medida de los posible, busca adaptar un espacio donde sólo muestres una de las paredes del lugar desde donde estás realizando la presentación. Incuso, algunas aplicaciones como Zoom y Meet, te permiten poner un fondo virtual para el que ya no es necesario un fondo verde. Antes de usarlo, haz una prueba y configura lo necesario.
Slides:
Las presentaciones online también se han valido de recursos audiovisuales en Power Point, Prezi, PDF, Canva y otras herramientas digitales para ilustrar de mejor forma el contenido que se está abordando. Sin importar cuál sea la herramienta elegida, utiliza tipografías que se puedan leer con claridad y evita la saturación de texto en un simple slide. Además, utiliza colores que contrasten. Les recomiendo la técnica 10-20-30.
Interacción:
Las audiencias en general son difíciles, en las presentaciones online podría complicarse un poco más. No todos los usuarios prenden sus cámaras por lo que se complica “medir” el interés que tienen las personas que están atendiendo el tema en cuestión. Lanzar algunas preguntas de confirmación sobre lo expuesto, además de funcionar como parametro para saber si el tema está quedando claro o no, motivará a los participantes a poner más atención pues no saben en qué momento se les pedirá su participación.Tampoco se trata de exponerlos. Si los participantes no pueden activar sus micrófonos, también pueden participar por el chat.
Reglas de convivencia:
Además de configurar la herramienta que funcionará como canal para las presentaciones online, no está de más iniciar la sesión con algunas recomendaciones que permitan una sana convivencia durante el tiempo que transcurra. Por ejemplo, se puede solicitar a los participantes silenciar sus micrófonos a menos que deseen participar, prener o apagar sus cámaras, vestir para la ocasión, entre otras recomendaciones. Incluso, los ponentes deben dejar en claro que ocasionalmente silenciaran un momento su micrófono para evitar sonidos ambientales “naturales” como el grito de los tamales, la campana de la basura o los ladridos caninos.
En efecto, puede haber muchas recomendaciones más y seguir las cinco descritas en este escrito no garantiza presentaciones online libres de errores. No todo depende de los ponentes, aunque sí, muchas veces el error es de capa ocho.
Saber pensar, para saber hacer.
