Acusación de censura que no era censura pero que siempre sí

Acusación de censura que no era censura pero que siempre sí

04:54 29 Abr, 2025

Los filósofos, politólogos, juristas y pensadores más avezados, sobre todo aquellos que niegan la postura de que el hombre es gregario, amable, busca el bien común y el ejercicio limpio en el gobierno luego de los años de oscurantismo de los gobiernos que detentaban todas las decisiones importantes, coincidían (particularmente Maquiavelo) que una de las tareas más importantes de quien detenta el poder es mantenerlo.

La Dicta-Blanda

En nuestro país durante el tiempo del partido hegemónico que, por cierto, el recién fallecido Mario Vargas Llosa lo denominó “la dictadura perfecta”, particularmente en los años 60, 70 y 80, se ocupó el aparato del Estado para reprimir, ocultar información, mentir y posicionar la agenda de tal manera que se apaciguaran las mentes y, desde luego, mantener el poder en sus manos.

Viéndolo con frialdad, eso es algo que tenían que hacer en su momento y lo hicieron de forma magistral porque nuestro país nunca entró a un proceso de dictadura militar como lo sufrió casi toda América Latina, pero de que había abusos, los había. Este tipo de medidas a través del uso de las fiscalías, fabricación de delitos, comisión de faltas electorales y, desde luego, el control de los medios de comunicación masiva, es algo que se ha replicado en otras latitudes quitándonos la venda de que sólo lo hacen los gobiernos de izquierda, ya que, incluso, en los países pacificados pro liberalismo, han sabido como controlar el discurso.

Control mediático

Por esa forma más serena nos habíamos olvidado del control de la prensa, máxime cuando vivimos en una época en que ya la prensa escrita, radio y televisión, han cedido mucha de su influencia a las redes sociales que se habían vuelto incontrolables para el fomento de la participación ciudadana y la crítica, sin embargo, en los últimos años hemos visto intentos institucionales por ejercer un control mayor a través de leyes y decretos más agresivos tal como ha sucedido en Venezuela, pero también en Argentina, pero también en EUA, pero también en Rusia y en muchos otros países.

La calma de nuestro país se mantenía con alfileres hasta que llegó un presidente de la República que no tenía reparo en atacar, difamar, mentir y dividir al país a través del manejo, precisamente de los medios de comunicación, sin embargo, las “benditas redes” se convirtieron en un problema cuando comenzaron a criticar las promesas incumplidas y las mentiras flagrantes.

Adiós libertad

En medio de esa percepción es que empiezan a temblar los defensores de la libertad de la expresión desde que nos enteramos de las super mayorías en el Congreso de la Unión, sin embargo, a pesar de que el mayoriteo ya ha avanzado en muchas otras materias que han impactado directo a nuestra Constitución, la libertad de expresión se mantenía intocada hasta hace unos días que la Presidenta de la República envió una iniciativa de Ley en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión.

Pero independientemente que vamos a ver el motivo de la polémica, para calmar las aguas debemos decir que aunque en el Senado de la República estaba avanzando la aprobación como cuchillo en mantequilla, con defensas forzadas incluso, sin embargo, argumentando un error en la redacción se ordenó su retiro para poder “trabajarla” cuando la realidad es que la presión social estaba volviéndose intensa.

Esta iniciativa tuvo como pretexto los spots del gobierno de los EUA en México en los que se pide frenar la migración ilegal. Esto argumentado como injerencismo llevó a proponer toda una nueva ley que prohibía ese tipo de propaganda extranjera siendo un pequeño frijol en la cacerola de arroz.

Las sanciones de 2 a 5% de las ganancias de los concesionarios que infringieran las disposiciones de esta ley fue la primer alerta ya que ello implicaría una cantidad considerable considerando las ganancias de estas empresas (que, como hemos visto, tampoco son madres de la caridad). Ello con super facultades para la Secretaría de Gobernación quien debía vigilar y suspender esa publicidad al menos de manera precautoria.

Censura, ¿o no?

El punto toral que preocupaba en la libertad de expresión era, primero, la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones que, por cierto, ya tenía antecedentes de existencia en el Gobierno de la Ciudad de México durante el gobierno de Sheinbaum, dependencia que, sin tener tantas facultades, acumuló mucho poder decisorio.

Pues esta agencia, iba a tener peso en la forma en que se utilizaba el espectro de telecomunicaciones tanto en su operación como en su construcción, lo que implica que una sola persona puede decir cómo se construye, dónde se construye, cómo se opera, a quiénes se dan concesiones y a quiénes sanciona.

Ahora bien, en términos de su “error de redacción” se traduce en el artículo 109 de esa ley que, por cierto, será el colofón de mi columna para que cada quien saque conclusiones:

Capítulo VIII
De las Plataformas Digitales
Artículo 109. Las autoridades competentes podrán solicitar la colaboración de la Agencia para el bloqueo temporal a una Plataforma Digital, en los casos en que sea procedente por incumplimiento a disposiciones u obligaciones previstas en las respectivas normativas que les sean aplicables. La Agencia emitirá los Lineamientos que regulen el procedimiento de bloqueo a una Plataforma Digital