¿Alguna vez ha pasado por su cabeza la frase: “si lo que sé ahora lo hubiera sabido antes, no me hubiera pasado tal cosa”?
¡A mi sí!, independientemente de que el hubiera no existe, es inevitable llegar a pensar que algo en nuestra vida pudo ser diferente teniendo la experiencia de hoy. ¿Pero qué nos garantiza que la experiencia nos puede ayudar a tomar mejores decisiones si no nos hacemos conscientes de que en nosotros está la posibilidad de cambiar el curso de nuestra vida?.
Si nos damos unos minutos (mínimo) para entender nuestra historia, de dónde venimos, por que hacemos lo que hacemos, ¿cuáles son las conductas repetitivas que tenemos y no nos llevan, no nos han llevado, ni nos llevarán al lugar que queremos?.
El ejemplo más claro es en pareja (y no me van a dejar mentir), o bueno sí, déjenme mentir jaja. ¿A poco no cuando terminamos una relación lo primero que decimos es: “esto no me vuelve a pasar”?, y conforme vamos teniendo fracasos adquirimos experiencia que nos lleva a tomar mejores decisiones, más claras y maduras, con mayor idea de qué tenemos que hacer o qué no y pasan los años y nos decimos, ¿cómo es que no me di cuenta antes? ¿Cómo no aproveché la oportunidad que tenía?, ¿cómo permití tal o cual cosa? y así tantos y tantos “cómo no” vamos diciendo por la vida.
Pero resulta que la vida que vivimos en este momento es el pasado del futuro, ¿me doy a entender?, quiero decir que este momento es el que quizá podemos mencionar más adelante como el “hubiera” de nuestro próximo futuro, ¿entonces cómo hacerle para que ese pasado del que hablemos sea en positivo?. Si bien es cierto que no existen las verdades absolutas y que además me caen rete gordas, podemos tomar decisiones con mayor conciencia.
Aquí les dejo 5 preguntas que aplico para que mis decisiones lleven menos carga de culpabilidad por no haber hecho equis o ye.
1- ¿Esto lo he hecho antes?
2- ¿Estoy siguiendo un patrón de conducta familiar?
3- ¿El miedo esta determinando mis decisiones?
4- ¿Es la necesidad la que está hablando y no la confianza?
5- ¿Me permito hacer las cosas diferentes?
Les recomiendo hacerse tantas preguntas como sean necesarias, tratando de encontrar los cabos sueltos que nos han llevado a conducirnos en forma de loop, y les confieso que es revelador cuando descubres que tú mismo te has llevado a todos esos lugares y circunstancias en los cuales tuviste el casi descaro de culpar a los demás.
Si van a emprender cualquier cosa en su vida, no actúen por impulso, eso es diferente a fluir. En el impulso va la víscera, el miedo, el enojo, la carga histórica que traemos arrastrando, en el fluir hay conexión, amor, responsabilidad, desapego y energía vibrante. Sé perfectamente que suena cursi, y sé también que nos debemos esos momentos en nuestra vida que nos lleven a obtener resultados diferentes, esos que tanto hemos perseguido sin poder alcanzarlos, es momento de darnos la oportunidad de cambiar el rumbo de lo que consideramos nuestra identidad, buscar dar pequeños pasos que conforman el gran total de nuestra vida y finalmente no vamos a darle gusto a nadie nunca, pero ¿ni a nosotros?, eso es lo más injusto que podemos hacernos.
Y ya para terminar les dejo la frase de Mark Twain: “Hay dos días importantes en la vida de un ser humano, el primero es cuando nace y el segundo es cuando encuentra el para qué”.
Y ese “para qué” nos toca descubrirlo a través de un lugar en el que quizá jamás hemos estado por miedo, costumbre, inconsciencia o apatía.
¡Abrazos fuertes a todo@s!