De seguro, cuando estabas chiquit@ te asomabas por la ventana o te escondías detrás del árbol camino a la escuela para espiar a la chica o al chico que te gustaba; o espiabas a tus papás cuando salían de la casa para hacer tropelías con tus amigos. Es curioso como hace años el espiar a alguien era algo reprimido, mal visto, obsesivo, reprochable e incluso enfermizo. ¿Stalkear es bueno o malo?
Hacerlo es algo que de conciencia sería reprobable, sin embargo hoy en día, una gran cantidad de personas llevan a cabo prácticas muy semejantes valiéndose de las redes sociales, y ahora ya no solo no se nos hace raro, sino que incluso, sin prejuicios de ningún tipo, el espiar -le llaman espía cebernético o Stalker- se ha convertido en el deporte de moda de muchos hombres y mujeres que intentan ser investigadores privados y que lo único que quieren saber es “todo” sobre alguien.
En especial llegando inclusive a stalkear -se ha convertido en verbo- stalkear a mi ex, stalkear a mi crush o qué es stalkear a una persona para saber con espíritu masoquista qué hace, con quién anda, si publica comentarios de su nuevo amor o espiando sus fotos para saber si siguen solter@s. Otr@s lo hacen con todos sus contactos, solo porque son chismos@s y sienten la necesidad de estar al corriente con santo y seña de la vida de los demás.
¿Qué es stalkear?
El término Stalkear es un anglicismo que muchos cibernautas usan sin siquiera saber a qué se refiere realmente. Según el diccionario, significa acechar, vigilar o espiar, perseguir o seguir la pista de alguien; por lo tanto, el stalker puede ser considerado como aquella persona que, al estar obsesionada con otra -por admiración, despecho, curiosidad, etc.-, tiende a acosarla, visitando muchas veces con frecuencia obsesiva, sus perfiles en las redes sociales y estando al pendiente de todos sus movimientos en internet.
¿Te identificas con alguno de estos tipos de stalker?
El Metiche
Es el Stalker que se mete a ver los perfiles de todo y con todos se mete. Se “patrocina” solo y aunque no sepa nada de los temas, se hace notar por llevar la contra en todo. Manda mensajes o fotos a través de WhatsApp desde un celular con chip pirata para acosar a sus “victimas” o echar de cabeza al “amigo” con la novia, cuando se fueron de antro con chavas.
El Amargado
Es aquel que siente que toda su vida es negra, muy amargada, solitaria, sin amigos, aislada, enclaustrado en sus pensamientos; de todo se queja, nada lo complace o hace feliz. Stalkea en las redes sociales de los famosos o de sus amigos, sólo por envidia y para “mitigar” sus frustraciones. Agrega los perfiles de tus contactos más cercanos para enterarse de todo lo que dicen de ti.
El Indigno
Esta categoría se identifica por catalogar a los Stalkers que le dan click a ‘me gusta’ en todo. No te tiene como amigo, pero entra a ver todas tus publicaciones y fotos. Es insistente y hasta fastidioso en buscar encuentros ‘casuales’ con el acosad@ y se disculpan diciendo: “Quién te manda andar publicando tanta cosa”.
El Fisgón
A pesar de no mostrar mucho movimiento en sus redes sociales, permanece día y noche conectado y sólo se dedica a curiosear e investigar en los perfiles de sus contactos. Si quieres estar enterado de un chisme o quieres saber cuál fue el último viaje de tu ex y con quién, no dudes en preguntarle, pues posee arraigado el don de la stalkeada y además no intenta negarlo.
El Troll
Son conflictivos y pueden venir en muchas formas y tamaños, no importa como los mires, no contribuyen en lograr confianza. Ellos son malos, rencorosos y groseros. Un Stalker Troll sólo busca problemas y controversia. No confundir con un virus que invade el chat o el muro tomando la personalidad de alguien que no molesta.
El Valiente
El Valiente es el abandonado o despechado que lee conversaciones viejas y escucha canciones hirientes para argumentar que es “macho”. Se inmola solo, no le tiene miedo a nada, dice afrontar lo que venga, sea bueno o malo, con decisión. No le importa morir de dolor al conocer verdades, las busca, pero a la vez, no quiere enterarse de ellas.