Durante años se ha hablado de los mercados generacionales, libros y ensayos han ido y venido sobre los baby boomers y la forma en que rediseñaron el mundo para el boom consumista impulsado en la década de los 80´s. Llegó el 2000 y sin darnos cuenta la fragilidad millennial, vino a modificar la forma y el fondo de muchas de las cosas que creíamos una norma o regla no escrita para hacer las cosas.
Decía Mark Twain; “No es lo que no sabes o desconoces, lo que te mete en problemas, sino las cosas que crees saber con certeza y resulta que no son así”.
A dos años de pandemia, muchos continúan creyendo y confiando en antiguos paradigmas laborales que han sido sacudidos de sobremanera, aunque muchos, se rehúsen a aceptarlo, ejemplo el llamado edadismo.
«Ahora que los países trabajan en la recuperación y reconstrucción con motivo de la pandemia, no podemos permitir que estereotipos, prejuicios y actitudes discriminatorias basados en la edad reduzcan las oportunidades para garantizar la salud, el bienestar y la dignidad de las personas en todas partes», dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
El edadismo se refiere a los estereotipos, prejuicios y discriminación contra las personas por su edad.
En países como México, la edad de jubilación es a los 65 años de edad, sin embargo, después de los 35, conseguir un empleo bien pagado comienza a complicarse. Ya no digamos a los 45 o 55 cuando la experiencia acumulada es menospreciada y se establece el precio de acuerdo a la demanda del mercado y “los modelos más nuevos”.
Lo que muchos no toman en cuenta cuando hacen estos sesudos análisis, son los datos que tienen que ver con la expectativa de vida y la longevidad de las nuevas generaciones que los adelantos tecnológicos permiten. En México esa expectativa es de 73 años para los hombres y 78 para las mujeres, sin embargo dependiendo de la calidad de vida, esa media puede alargarse hasta los 83 años de edad.
Quienes integramos la Gen X (1965-1980) seremos los que lideraremos la economía post-pandemia (y esperemos que no de la guerra) quienes sumados a los últimos baby boomers (1960-65) representan un valor de compra superior a los 15 billones de dólares anuales, según estimaciones de Merryl Lynch.
Luego entonces, valdría la pena comenzar a tomar eso en cuenta para adaptar negocios, servicios y entretenimiento para esos mercados.
La generación X, hoy día son:
- Un grupo demográfico que para 2025 tendrá entre 45 y 60 años de edad.
- Será muy diferente en apariencia, tamaño, fuerza y conocimientos que la generación que les precedió.
- Aún tienen, en el mejor de los casos, 20 años más de productividad.
- Es una generación análoga, digitalizada.
- Hablan hasta tres idiomas en muchos casos.
- Poseen hasta dos licenciaturas o post-grados.
- Son padres de familia.
- Son dueños de pequeñas o medianas empresas.
- Ya han sido despedidos y decidieron emprender.
- Pertenecen a una cultura consumista.
- Quienes están entre los 45 y 50 gastan en su arreglo personal, la nueva crisis de los 50´s (sin fijarse, se recorrió a 10 años)
- Muchas personas están reconfigurando su vida, viéndolo como la segunda parte de una película. Con mayores conocimientos y experiencia; lo que sin duda representa una ventaja para quienes aún tengan las fuerzas para emprender un camino diferente.
Es una generación que no va a envejecer como la que le precedió, por el contrario, después de la pandemia vendrá una adecuación en las experiencias, artículos y servicios que comenzará a demandar la generación X.
“Chavo-rucos” es un término que hasta ahora posee una connotación despectiva, pero que también es símbolo de orgullo para quien se lo dicen.
El auge de esta llamada economía de la longevidad, es la oportunidad perfecta para aquellos emprendedores con visión social, que ofrezcan nuevas soluciones. Pensar en “casas de retiro” quizá no sea un buen producto para esta generación.
En la medida en que las generaciones X y Y, favorezcan la integración y participación de los mayores en la vida social, promuevan la independencia personal, se de cobertura a situaciones de vulnerabilidad y se diseñen estrategias de economía social entre gobierno, iniciativa privada y organismos ciudadanos, la llamada tercera edad, bien puede ser un destino muy atractivo.
Como oportunidad de mercado, habrá que adaptarse.
Referencia bibliográfica:
Silver Surfers, Roca Raquel.
LID Editorial Empresarial, 2019
Soy Juan Pablo Altamirano, gracias por leerme.
Nos leemos en 15 días.