Pues sí. Cuernavaca, la compleja y politizada capital del estado de Morelos en México. La llamada ciudad de la eterna primavera. La que ha dejado de ser el oasis de fin de semana de los ya-pronto-exdefeños, está como de pena ajena.
Nunca entendí cómo los cuernavaquenses decidieron elegir a un buen exfutbolista berrinchudo como su alcalde. Sin dejar de reconocerle su talento como lo que fue, el señor Blanco empieza con el pie izquierdo su mandato. Con tantas adversidades que hasta los no politólogos ven claramente venir. Se dice que el señor Blanco es títere de no sé quién y que solito no puede con el paquete, por lo que está queriendo imponer sus propias reglas y una supersecretaría que aparentemente viene a duplicar ventanillas, incluyendo las suyas propias de su cargo.
Lo anterior no lo incluyo para meterme en un análisis político que ni me corresponde ni pertenece a este espacio. Lo doy como un antecedente para el tema que sí nos es pertinente.
Es evidente que el nuevo regidor de la primaveral urbe no tiene un (buen) asesor de comunicación que, de entrada, podía haber explotado en campaña que el nombre original de la ciudad proviene del vocablo náhuatl Cuauhnáhuac, casi tocayo del ahora ganador.
TE cuento de varias regadas que se le han detectado a don Temo. Destaca su convocatoria a votar por el PRD cuando era el partido PSD el que lo apoyaba. Más allá de no llevar escrito su discurso y propiciar el tropiezo, el letrero que tenía atrás tenía algo que parece un error de ortografía que es, indudablemente, un error de comunicación.
Y bueno, justo antes de rendir protesta, el nuevo alcalde publica una carta abierta para el presidente pidiéndole ayuda. Repito: sin pretender juzgar el hecho desde un punto de vista político, la forma es verdaderamente triste cayendo en lo irrisorio. La misiva viene escrita en un papel membretado y personalizado. Pero el colmo, con la cara de Cuauhtémoc impresa en marca de agua. Esto denota una de dos cosas; una paupérrima autoestima que pretende cubrir con este burdo alimento a su ego, o una muestra del más infinito y apabullante mal gusto (o la suma de ambas).
En fin, lo que más le deseo a Cuernavaca es suerte con su funcionario municipal #TengoMiedo
Y no me quiero ir sin compartir este tesoro que la vida de investigadora viajera me puso en las manos. Te comparto como regalito de año nuevo. Resulta que un día me subo a un taxi en el puerto de Veracruz y me encuentro con la sorpresa de que la conductora era mujer. Cuando se enteró de que necesitaría varios servicios durante mi estancia, por el tipo de trabajo que hago, me extendió su tarjeta y no pude evitar conmoverme, ¿no es una joya?