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¿Vas a buscar el trabajo perfecto?

CAMBIOS. VIENEN MUCHOS.

Esta pandemia, ha cambiado nuestras formas y nos ha dado tiempo para reflexionar, para pensar en lo que queremos o no queremos en nuestras vidas.

Habrá colaboradores que dejarán sus empresas, pues éstas no cumplen con sus expectativas, en esa búsqueda de querer ser lo que siempre han querido ser.

Mueres solo una vez, pero debes vivir cada día– Jon Courtenay

Y habrá empresas que dejarán ir a algunos colaboradores. Aunque estos no quieran.

Me preocupa pensar que hay miles de personas, en todos los niveles, que están considerando dejar su puesto de trabajo para buscar ese “trabajo perfecto” que todos se imaginan que existe en alguna empresa extraordinaria, en la que cada puesto está diseñado, para que, quien lo ocupe, sea feliz.

Los solteros, no me preocupan mucho.

Me angustia, cuando sé que son cabeza de familia, no importa si son la madre o el padre, pues de ellas depende la manutención, lugar para vivir, escuela, desarrollo, salud y ufff, muchísimo más.

Siempre empujo por que las personas crezcan en todos los sentidos. Por que dejen la comodidad de su zona de confort, para descubrir nuevos retos. Eso me gusta, lo apoyo y cuando puedo, pongo mi granito de arena para que lo realicen. Lo que en realidad me preocupa, es que quieran hacer cambios laborales, para buscar “el trabajo perfecto”.

Todo lo que amas hacer, tiene un reto.

Aun si te dedicas a lo que más amas hacer en la vida, o si te vuelves independiente, trabajando por tu cuenta, no serás feliz, si esperas que todo sea perfecto.

Te cuento.

Si quieres ser, digamos, Asesor Inmobiliario, y piensas que porque vendiste la casa de tu compadre ya lo eres, sólo tienes una pequeña idea de lo que ese trabajo implica. La realidad es que tienes que dedicar un buen tiempo a conseguir tu certificación, aprender del mercado, de la zona y tipo de vivienda que vas a vender, de las leyes, tramitología, mucho sobre ventas, manejo de redes, programas específicos y mucho más.

Si eres diseñador, ya sea sitios web, publicidad, ropa, lo que sea, piensa que no solo es importante ser creativo. También es importante ser buen vendedor. Saber ofrecer tu creatividad, adaptarla a las necesidades de tus clientes, contratar proveedores, invertir en equipos, materiales, contadores, y mas.

Si piensas buscar en otra empresa “que no trate a sus colaboradores como robots”, seguramente vas a encontrarla… en papel. En lo que te cuentan quienes te entrevistarán, o tus posibles jefes y colegas.

Ojo, no quiero desalentarte a llevar a cabo cambios en tu vida profesional, que finalmente son parte de tu vida e historia personal.

Como agente pro-cambio, he realizado cambios en mi vida todo el tiempo, con excelentes resultados… y claro que varios tropezones, y creo firmemente que todos debemos de hacer aquello que vinimos a hacer, que nos hace sentir completos. (lee mi columna anterior)

Sólo que en este momento, quiero presentarte otro punto de vista.

El trabajo o la empresa perfecta no existen.

No, no existen. Ya te lo dije antes.

Las empresas son entes creados con un fin primordial: generar ganancias para quienes invierten en ellas. Esa es la realidad pura y clara. En su diseño, intervienen muchos factores y, en muchas ocasiones, los inversionistas tienen, además, aspiraciones de contribuir a mejorar el medio ambiente, o la sociedad. O sea que, hay algunos que tienen conciencia.

Al diseñar las empresas, se elaboran los puestos de trabajo, detallados en perfiles, en los que encuentras lo que la empresa espera de ti. Cualquier persona que ocupe ese puesto, tiene la responsabilidad de llevar a cabo las funciones descritas a cambio de un sueldo. Todo claro hasta aquí, ¿verdad?

Pues fíjate que en mi vida profesional, hasta hoy, no he visto un perfil de puesto que diga: La persona que ocupe este puesto, debe ser feliz.

Sería imposible para una empresa, asegurar que cada uno de sus colaboradores va a ser feliz, por más esfuerzos que haga. Y ¿sabes porqué? Porque la felicidad no depende de la empresa. Tener un trabajo fabuloso, depende en gran parte, de ti.

La felicidad, la realización personal, la alegría de contribuir en un esfuerzo común que genere logros, depende en parte de la empresa, representada por todos los humanos a tu alrededor: tu jefe, el jefe de tu jefe, tus colaboradores, otros miembros de tu equipo, colegas, proveedores. Todos, tienen que ver con tu felicidad en el trabajo. Todos impactan en ella cada día.

Pero quien mayor impacto tiene, eres tú.

He conocido personas a quienes ningún trabajo, en ninguna empresa, parece hacerles felices. Son los mejores en su especialidad, tienen buenos sueldos, sus condiciones de trabajo son mejores que el promedio, y sin embargo, no son felices en lo que hacen.

Si eres uno de ellos, te pregunto:

Restricciones y Cultura Publicitaria | Enrique R & Francisco G & Sharahí Z & Monserrat R & Hans H

¿Te has analizado íntimamente para ver qué es lo que sucede con tu vida personal? ¿Cuál es el motivo de tu insatisfacción permanente? ¿Qué piedrita traes en el zapato de la vida?

Nuestro pasado, alguna situación familiar o con amigos, alguna insatisfacción personal, sexual, o algún detalle que no resolvimos en el pasado, nos impactan.

Seamos realistas. La felicidad no se nos otorga por decreto. Es algo que tenemos que conquistar todos los días. Cada mañana, tomamos una decisión clave para el resto de ese día: ¿Voy a ser feliz o voy a ser infeliz? Y dependiendo de lo que decidamos en ese momento, al abrir los ojos, tendremos un día de satisfacciones o lleno de momentos de tortura. Es cuestión de actitud.

El mundo responde a lo que tú le pongas enfrente.

Imagina a alguien que llega a su oficina o a una junta de zoom, y simplemente “esta presente”. No saluda, no sonríe, no contribuye, simplemente “está”. Quien observa, de inmediato se forma una opinión, favorable o desfavorable de esa persona.

Nunca lo han visto interactuar y por lo tanto, no saben qué reacciones pueden esperar. ¿Es alguien con quien deseo convivir o es alguien a quien prefiero tratar a la distancia, pues no se cómo me va a responder?. Y poco a poco, esa persona, que puede ser brillante en su trabajo, se convierte en alguien que “está”. Simplemente “está”.

Nuestros días y nuestras vidas, están hechas de momentos.

Y en cada momento, somos los protagonistas.

Conozco quienes, en algún momento, tomaron la decisión de dar un paso para dejar de “sólo estar” y comenzaron a interactuar con sus colegas. Y así, se dieron cuenta de que el mundo es diferente simplemente porque, haciendo ese esfuerzo, llegaron y saludaron, y medio sonrieron y cuando vieron el momento de contribuir con sus conocimientos, en vez del silencio, optaron por actuar y exponer su punto de vista.

Y ese simple hecho, ese momento de cambio, fue suficiente para que los demás los vieran con unos ojos diferentes.

Y el efecto de la amabilidad, o de una sonrisa, es tremendo.

Reitero. No existen empresas felices. Existen empresas que se esfuerzan por atraer a personas que son las más capaces en su responsabilidad, que son propositivas, que ven al mundo positivamente y que, por lo menos en teoría, están de acuerdo con sus valores. Y lo hacen, pues del ambiente entre sus colaboradores, o “clima organizacional”, puede depender el éxito de la empresa.

Una vez contratada, cada persona se integra a una especie de caldero, y toma la decisión de hacer lo posible por ser feliz, o simplemente hacer un trabajo que le va a redituar un sueldo.

Pero ojo. Si cambian de trabajo, van a encontrar que la siguiente empresa es igual, y la que sigue y la que sigue, también son así. Porque no es la empresa. ¡Eres tú!.

Así es que por un lado, espero que siempre estés a la búsqueda de tener una actividad que llene tus expectativas y que, una vez que la tengas, des todo lo que esté de tu parte para que ese binomio colaborador-empresa, sea un binomio productivo y feliz. Aunque sea un poquito feliz.

Y, SI EL CAMBIO ES INEVITABLE, TE SUGIERO CONSIDERES ESTOS PUNTOS:

  1. Investiga el pasado y futuro de la empresa en la que quieres contratarte. Todas tienen historia y todas tienen planes a futuro. ¿Encajan esos planes con tu visión de vida? ¿Encajas tú en la visión de esa empresa? Porque si tu respuesta a cualquiera de esas preguntas es no, quizá no vale la pena que sigas perdiendo tiempo. Vas a entrevistarte, quizá te den el puesto con un buen sueldo, y vas a ser… infeliz. Te lo aseguro.
  2. Ten un currículum vitae “base”, que puedas adaptar a cada puesto y a cada empresa para la que deseas aplicar.
    Hoy, un CV “bonito” y con mucho contenido, no es adecuado. La tecnología nos permite explorar a cada empresa que nos queramos acercar y hasta podemos conocer a nuestro posible jefe o al CEO, utilizando las redes sociales, internet.
    No llegues a una entrevista de trabajo sin la debida preparación y sin un CV que refleje cómo es que tus talentos y logros pasados, pueden impactar en el éxito de esa empresa hoy. Que sea sencillo, adecuado, con gran contenido, para cada entrevista. Pero, eso es tema para otra columna.
  3. Abre un perfil en LinkedIn. En el, escribe tu historial relevante. Si alguien antes o después de tu entrevista quiere saber más de ti, ahí debe encontrar todo lo que tú quieras que encuentre.
  4. Si vas a decidirte por ser independiente, y vas a invertir tus ahorros de muchos años en un negocio, prepárate como Empresario. El que sepas mucho de cocina, no te hace un cocinero de éxito. Tienes que saber de muchos temas, como liderazgo, motivación, administración, planeación estratégica, conceptos básicos de contabilidad y mucho más, que te ayudará a tener éxito. Este aprendizaje, puedes obtenerlo generalmente mientras colaboras con alguna empresa y estudiando. ¡No desaproveches la oportunidad!
    Hay una gran diferencia entre emprender una aventura y emprender un negocio. Y si deseas explorar la independencia, hazlo, pero inteligentemente.
    Con la adecuada planeación, con los estudios necesarios para tener éxito, con una investigación sobre tu producto o servicio que te indique si tienes posibilidades de lograr lo que buscas. Si lo haces así, tendrás muchas posibilidades de triunfar.
  5. En cualquier caso, acércate a la gente. Entre más hagas para comprender a quienes te rodean, mayores probabilidades tendrás de sentirte bien junto a ellos. Entre más conozcas de su pasado, de sus aspiraciones, de sus preocupaciones y de las cosas que los motivan, mejor los vas a comprender. Nuestro Temperamento (otro tema interesante que vamos a explorar), nos hace sentir, pensar, actuar diferente a cada uno, ante la misma situación. Lo que para mí es ridículo, para ti puede ser maravilloso. Entre más comprendamos nuestro temperamento y el de los demás, mejor podremos entender a nuestro colega, ese que nos parece “raro” (y viceversa) o por qué nos llevamos tan bien con alguien. Y también algo importantísimo, podremos comprender mejor a nuestros colaboradores, clientes, proveedores, para tener éxito en la nueva empresa. Desarrolla y pon en acción tu Inteligencia Emocional.

Independientemente de la decisión que hayas tomado, de seguir en tu puesto actual, o buscar nuevas fronteras en otra empresa, o comenzar una aventura maravillosa como independiente, prepárate para levantarte a diario y decir: HOY, voy a hacer mi mejor esfuerzo, con alegría. Y actúa en consecuencia.

Si al final del día te encuentras con una sonrisa en el rostro, es muy probable que hayas logrado tu objetivo de ser feliz en lo que haces. Cualquiera puede sonreír. Sin embargo, una sonrisa espontánea y sincera es siempre una consecuencia de ser feliz.

ASÍ ES QUE, MI MENSAJE ES MUY SENCILLO.

Seguramente para muchos, vienen cambios en materia laboral. Hay que abrazarlos con energía, positivismo y buen ánimo.

Si lo que buscas es una ocupación que “te haga feliz”, te invito a que antes de dar un paso hacia afuera, des un paso hacia adentro y explores cuánto estás haciendo tú, para ser feliz. La empresa, propia o ajena,  pone una parte.

La responsabilidad principal de ser feliz, de sentirte realizado, de sentir que estás creciendo día tras día, está en ti.

Si no eres feliz en tu interior, si no te abrazas y te apapachas y te dices lo bueno que eres, lo mucho que contribuyes, lo mucho que sabes y lo bien que estás, es muy difícil que alguien más lo vaya a hacer por ti. Ni tu esposo, o esposa o compañero o tus hijos o amigos, lograrán hacer que lo sientas.

La felicidad está en ti.

Gracias por leerme. Como siempre, me encantará recibir tus comentarios aquí, abajito.

JL

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