En días recientes, el California Wines Institute presentó alrededor de 60 etiquetas de una selección de los mejores vinos californianos, en uno de los primeros eventos presenciales en la Ciudad de México, luego de casi año y medio de aislamiento debido a la pandemia.
La presentación, a cargo de la agencia especializada en la producción de eventos y experiencias Kung Fu Klan (KFK), tuvo lugar en el Jardín Lambú, en medio de un agradable ambiente luminoso y abierto, con todas las medidas de sanidad.
El evento contó con la participación de 16 de los principales importadores actuales de vinos de California con presencia en nuestro país, quienes presentaron alrededor de 60 etiquetas con las que se busca crear relaciones con figuras reconocidas del mundo restaurantero y del enológico mexicano.
California, a la altura de cualquiera
Al pensar en los principales productores de vino en el mundo automáticamente se nos viene a la cabeza Francia, España, Italia, Argentina o Chile, pero no hay que olvidar que uno de los principales países vitivinícolas del mundo es Estados Unidos. Y no es casualidad que nuestro vecino del norte se encuentre entre estos países si consideramos que California se encuentra en una región de la franja de los buenos vinos, que comparte con los países productores de Europa, África del Norte y Asia.
Vale la pena destacar que California produce 85% de todo el vino de Estados Unidos (298 millones de cajas), con el 83% de todos los viñedos (340,000 ha /226,000 ha para vino), por lo que ocupa el cuarto lugar en producción vitivinícola a nivel mundial.
Además de la calidad y variedad de los vinos de sus diferentes regiones y uvas como Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir, Syrah y Zinfandel, este estado ha demostrado ser uno de los más destacados en cuanto a sustentabilidad, tecnología, estilo de vida e inclusión, a través de prácticas ambientales, sociales y económicas en todos sus procesos.
¡Salud por el buen diseño!
¿Cuántas veces hemos comprado un vino por su etiqueta? Seguramente muchas, y tiene mucho sentido, pues en ellas se encuentra información muy valiosa que nos habla de sus propiedades, como la región donde fue producido, el tipo de uva, la bodega productora, su maduración y el año de la cosecha, además de toda la parte normativa y legal que corresponde a cada país.
Pero más allá de eso, su diseño puede sugerir un carácter, un sabor, una calidad, un precio y hasta contarnos toda su historia. La etiqueta, como parte del producto, es de alguna manera un anuncio publicitario que, en el punto de venta, es capaz de invitar a probar determinado vino, detonando una compra por impulso inmediata.
La tendencia en diseño de etiquetas de vinos, básicamente está dividida en tres corrientes: la clásica, artística moderno y minimalista.
El diseño clásico busca lograr una imagen antigua y tradicional que transmita calidad, a través de tipografías que asemejan caligrafía manual, ilustraciones de la viña y tonos dorados.
El moderno se atreve a jugar con un variado maridaje de colores, incluyendo elementos gráficos abstractos y asimétricos, textos en vertical y tipografías contemporáneas para llamar la atención de un mercado más joven, dando la sensación de frescura y modernidad.
Y el diseño minimalista, como su nombre lo indica, contiene muy pocos elementos con fuentes sobrias y angulares en un solo color, denotando elegancia y actualidad.
Rico en sabor y variedad…
Las etiquetas presentadas muestran la variedad de las distintas regiones vinícolas californianas, que son:
- La Costa Norte, donde se encuentran Napa, Sonoma, Mendocino y los condados Lake y Solano.
- La Costa Central: Monterey (Arroyo Seco), San Luis Obispo (Paso Robles), Santa Cruz, Santa Bárbara y Alameda, San Benito, Santa Clara y Contra Costa.
- Los Valles del Interior: San Joaquín (Lodi), Yolo (Clarksburg), Sacramento, Stanislaus, Madera y Fresno.
- Pie de la Sierra: Amador, El Dorado y Yuba.
- California del Sur: Condado de Los Ángeles, San Bernardino, Riverside y San Diego.
No cabe duda que en el área de diseño hay infinidad de especialidades. Lo mejor es que en ninguna de sus ramas hay nada escrito.
