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Y tú ¿Haces lo que amas, o amas lo que haces?

Siempre me he sentido afortunado, pues he tenido trabajos, ocupaciones que me encantan. Si, siempre.

Esto, no significa que todo lo que me ha sucedido en ellas ha sido maravilloso y sin problemas. En todos y cada uno de los negocios que he emprendido o los puestos que he tenido, he tenido contratiempos. Algunos más graves que otros. Algunos relacionados con mis decisiones, otros con la gente con quienes debía colaborar y hasta con mis jefes.

Situaciones y problemas de todo tipo. Decisiones que no eran las que esperaba, falta de presupuestos, malas decisiones que llevaron a malos eventos, resultados que no llegaron. Lo que tu quieras. En todos y cada uno he tenido momentos o etapas en que quería morir o salir, pero me encantaba estar ahí. Y sé que no soy el único. Miles, millones de nosotros, hemos desarrollado esa habilidad para disfrutar lo que hacemos, a pesar de todo.

Y la razón es muy sencilla: En mi caso, en todos, mis trabajos he tenido claro mi objetivo y he sabido cómo es que contribuyo con mi esfuerzo a objetivos mayores. Y me siento parte de ellos!

Desde “Elotodo”, un pequeño negocio de todo-lo-que-tiene-que-ver-con-elotes, como tamales, esquites, atoles, elotes con todo lo que se te ocurra, allá en el Santuario de Guadalupe en Guadalajara hace más de 40 años, hasta “HumanLinks”, pasando por Up with People, General Motors de México y Novartis, siempre me he sentido afortunado de estar haciendo algo que me encanta.

HACER LO QUE AMAS

Algunos piensan que una vida haciendo lo que amas, sería una vida maravillosa.

¿Te imaginas levantarte y hacer siempre lo que te gusta, solo lo que amas y sin contratiempos?

Digamos que te encanta la música. No solo te encanta, te has preparado durante años y conoces bien todos los estilos, las canciones, sus letras, el sonido de cada instrumento, las notas, los ritmos, absolutamente todo lo que hay que saber sobre la música. Y pensemos también que tienes la oportunidad de dedicar tu vida a ella. ¿Tocar? ¿Cantar? Componer? ¿Mezclar? ¿Escucharla? ¿Criticarla? ¿Evaluarla?

¿Serías feliz? – ¿Lo harías solo para ti?

O qué tal que te gusta cocinar y piensas dedicar tu vida a la cocina. Descubres nuevos platillos, elaboras nuevas presentaciones que a todos les encantan, inventas nuevos sabores, escribes tus recetas, las compartes, y…¿a quién se la vas a vender? ¿con quién la vas a compartir? O ¿vas a cocinar solo para ti?

En muy poco tiempo te darías cuenta de que simplemente hacer lo que amas, lo que te gusta, es imposible, si no lo complementas con muchas otras actividades necesarias para dar a conocer tu trabajo, vivir de este. Una serie de elementos que, para ti, quizá resulten una complicación, pero sin los cuales, lo que haces, es un ejercicio con pocos resultados.

Y todo esto, sin olvidar que necesitas obtener fondos suficientes para vivir

Con la música, la cocina y con cualquier actividad que ames.

AMAR LO QUE HACES

Por otro lado, está el “amar lo que haces.

Quienes se concientizan, que se auto convencen de que van a ser felices en lo que están haciendo hoy y cada día, ven su “trabajo” con ojos totalmente diferentes a los de aquellos que simplemente van a trabajar, “porque no hay nada mejor que hacer y hay que ganar unas cuantas monedas”.

Este grupo de personas que aman lo que hacen, van a su trabajo, y su enfoque está EN TODO AQUELLO QUE LES GUSTA del mismo. Se enfocan en las actividades que les gustan. Las que no, pues las aceptan como un daño colateral y adelante. También se enfocan en las personas que les hacen la vida buena.

Quizá eres, o conoces a alguien, que va a trabajar pensando en el jefe o la jefa gruñona que tiene, o en ese cliente a quien debes atender hoy, o en esa junta que odias, porque te van a cuestionar y te van a pedir explicaciones por tus decisiones o resultados.

Pero, ¿has pensado que también tienes la posibilidad de enfocarte en que vas a encontrar a compañeros queridos, con quienes vas a poder colaborar para resolver situaciones interesantes y benéficas para otros y, además, podrás disfrutar algunos momentos de conversación? Puedes pensar en ese cliente que te gusta atender, porque siempre es amable, sabe lo que quiere y además, siempre tiene una sonrisa para ti. O puedes pensar en la hora del almuerzo con tus cuates, o en esa junta en la que vas a tener la oportunidad de exponer ante todos, ese proyecto en el que has venido trabajando y que es maravilloso. Puedes pensar incluso, en que en tu trayecto o después de tu trabajo, vas a poder pasar por ese lugar que te trae tantos recuerdos. O algo tan sencillo como que te vas a detener a comprar el helado delicioso que siempre disfrutas.

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Pensar en lo positivo que vas a encontrar durante el día, te ayudará a ver tu actividad con ojos positivos, y tu actitud va a cambiar.

Y todos sabemos que la actitud lo es casi todo.

¿ENTONCES?

Nuestra vida debe estar llena de satisfacciones. No estamos aquí para sufrir. Cualquiera que te diga lo contrario, está loco. Dale la vuelta a cualquier persona que te diga que estamos aquí para sufrir, ni siquiera respondas a sus teorías. Aléjate de ellos.

El sufrimiento ocasional – y a veces durante largos períodos de tiempo – no es el estado natural del hombre. Nuestra vida debe de estar llena de retos, pero al mismo tiempo de satisfacciones. Para ello tenemos inteligencia, voluntad, capacidad para comunicarnos, para aprender y para llevar a cabo sueños que a otros, les pueden parecer imposibles.

Solo que siempre, siempre, es necesario ACTUAR.

ALGUNAS IDEAS

Aquí tienes algunas ideas que te pueden ayudar a que, cada día, tengas más oportunidades de amar lo que haces, haciendo también lo que haces.

  1. Define lo que “amas” o te hace feliz. ¿Te gusta el pan o en realidad lo que te hace feliz es seleccionarlo y comerlo en compañía de esa persona especial… o quizá en la soledad? Te gusta programar apps, o lo que buscas es el momento en que alguien las utiliza? ¿Organizas eventos porque te gusta, o porque buscas estar ahí, para observar cuando los están disfrutando quienes te contratan?
  2. Busca por todos los medios, estar cerca de ello. Si lo que amas es enseñar, prepárate para poder estar frente a un salón lleno de alumnos, o frente a una cámara. Pero para prepararte, acércate a ese lugar donde podrías tener la oportunidad de enseñar. Quizá lo que vayas a hacer no sea lo que buscas, quizá lo odies, pero si tienes en cuenta tu fin principal, que es enseñar, este paso en el camino, será hasta emocionante.
  3. Evalúa tu situación actual. Muchas veces, pensamos que estamos en un infierno, cuando en realidad, solo estamos enfocados en lo que no deberíamos. Evalúa tu HOY, y asegúrate de que, lo primero que buscas, es lo bueno, lo que te hace feliz. En cuanto tengas un pensamiento sobre algo que te causa malestar (bien puede ser tu jefe, las reglas, los reportes que no sabes para que sirven o una junta inútil – desde tu punto de vista) busca de inmediato algo que disfrutes de tu actual trabajo. Tu sueldo; el momento cuando alguien te felicita; las reuniones con tus compañeros; Las amistades que has logrado desarrollar gracias a que estás en ese equipo. La satisfacción que te da poder contribuir a tu hogar, apoyar a alguien de tu familia. Ese viaje que vas a poder hacer gracias a tu trabajo en ese puesto.

Ojo, no estoy sugiriendo que olvides lo que no te agrada. Seguramente habrá que hacer algo con ello, solo que estas cosas son tan canijas, que en cuanto tienen oportunidad, brincan al frente de la fila en nuestra mente e impiden el paso a las positivas. ¡No las dejes! Se justo en tu evaluación del “hoy”. No todo está mal.

  • Desarrolla tus habilidades de Comunicación. ¿Qué tiene que ver la comunicación con lo que no me gusta en mi trabajo? Pues déjame te digo. Gran parte del problema de que algo no nos guste, radica en que no sabemos expresarnos adecuadamente.

Nuestra voz, es la expresión de nuestro interior. Cualquier sentimiento se refleja inmediatamente en nuestra voz, muchas veces sin darnos cuenta. Y cuando no estamos entrenados para comunicarnos adecuadamente, cuando tratamos de corregir una situación, en muchas ocasiones la empeoramos, simplemente porque el tono de nuestra voz, nuestra posición corporal, o nuestro mensaje, generan una reacción opuesta de la que buscamos.

Prepárate. Practica. Mejora.

  • Se consciente de que no hay en todo el mundo, alguna actividad que te haga feliz al 100%. Y que también la puedas realizar ininterrumpidamente y sin llevar a cabo actividades adyacentes para generar recursos y tener una forma de vida simplemente adecuada.Siempre hay algo más que tienes que hacer, y no debería de ser un obstáculo para tu felicidad.

Solo ten cuidado de que ese “algo más”, que no te gusta tanto, no se convierta en tu actividad principal.

Recuerda que hasta Bob Marley lo dijo:

“Ama la vida que vives, Vive la vida que amas”

Muchas gracias por leerme. Espero que me dejes tus comentarios aquí abajito por favor. Y si te late, compártelos por favor.

JL

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