Es indiscutible que para que una actividad de marketing experiencial tenga éxito, debe comenzar por una gran idea creativa. Sin embargo, tampoco cabe duda de que esa creatividad depende de muchos otros factores para llegar a su público objetivo y lograr permear en la mente y el corazón de los consumidores.
Sin pretender crear una “receta” que garantice resultados espectaculares, considero que es necesario tener en cuenta una serie de elementos adicionales a la “gran idea”, que te van a ayudar a generar al menos un check list de lo que debes tomar en cuenta para que las actividades de tu marca trasciendan.
Las fases del proyecto de marketing experiencial :
Esencialmente, todos los rubros y áreas involucradas deben abarcar tres fases: antes, durante y después de la actividad. Ubica estas fases cruciales en una tabla de tiempos, y podrás esquematizar rápidamente fechas y plazos importantes para que no los devore el tiempo y cumplir puntualmente los compromisos.
Por ejemplo, un ejercicio útil es visualizar en el plano horizontal (a lo largo) las fechas importantes, contabilizar por semanas por ejemplo, para que todo mundo pueda literalmente VER cuánto tiempo abarca cada tema. Y no olvides colocar la fecha a todo, sobre todo los momentos cruciales.
El resto de la información colócala en una columna, y enlista los rubros de arriba hacia abajo, agrupados por temas. Los principales son los siguientes:
Operaciones.
Se refiere a toda la infraestructura y equipo que serán necesarios para que se opere de manera efectiva. Incluye todos los insumos, útiles, transportación, herramientas, consumibles, papelería, cableado, etc. Prácticamente las herramientas que te permitirán ARMAR tu espacio de acción, donde tu público objetivo vivirá la experiencia de marca.
Tecnología.
Equipo de cómputo, pantallas, tablets, hardware y software, todo lo que tu actividad pueda necesitar y que deben dominar tus especialistas.
Materiales y comunicación.
La esencia del branding, lo que va a comunicar tus mensajes y todo lo que quieres darle a tu público. Todo lo que va a interactuar, desde uniformes, impresos, materiales electrónicos, muebles, colaterales, display, gráficos, estructuras, etc. De hecho, es todo lo que tu área creativa y de diseño desarrolla.
Legales.
Los permisos, contratos, autorizaciones, consensos, facilidades, pólizas, seguros, etc. Toda esta información y trámites blindarán a tu marca contra imprevistos y posibles escenarios, tanto favorables como desfavorables. Toda experiencia debe ir respaldada con información de este tipo, para asegurar que tu experiencia no sufrirá ningún tropiezo por desconocimiento o ignorancia de la leyes.
Recurso humano.
Por último, pero de importancia fundamental: los colaboradores. Considera desde su distribución física y geográfica, cómo y dónde van a laborar, contratos, prestaciones, horas de trabajo, y de manera marcadamente especial, la capacitación. Gran parte de la motivación de las personas en un proyecto viene de un correcto involucramiento desde el principio; que las cosas sean honestas y transparentes, tu equipo siempre te lo agradecerá, además de que una buena experiencia laboral también generará embajadores para tu marca.
La mejor experiencia de marca empieza con tus colaboradores.
Como lo comenté en una columna anterior, la lealtad empieza por casa, y si conquistas y convences a tu equipo humano, lo demás fluirá de manera más natural, pues el activo más importante de toda empresa es su capital humano.