El consumo masivo de una serie mediante los servicios de streaming, fue una nueva forma que se nos presentó hace aproximadamente 8 años, con series como House Of Cards. En la cual Netflix revolucionó la manera en la que los usuarios podíamos ver la nueva temporada de un programa en tiempo record, dejando atrás el tener que esperar una semana entre cada capítulo.
En el caso de las series que ya habían sido transmitidas por algún canal y/o televisora, abrió la posibilidad de consumir contenidos que por diversas cuestiones nunca pudimos ver en tiempo real, ofreciéndonos todas las temporadas disponibles, para verlas cuando y donde quisiéramos.
Muy cerca de cumplir una década desde el nacimiento de esta revolucionaria forma de consumir series y programas, volví a ver Vampire Daries, una serie basada en las novelas de L.J. Smith, la cual se transmitió de 2009 a 2017, y me pregunté ¿cómo pude esperar 8 años para ver el final? Cuando en cuestión de 15 días ya había consumido una tercera parte de los 171 episodios. Y la respuesta es que me volví una consumidora obsesiva.
Qué onda con el consumidor obsesivo del streaming
El término “consumidor obsesivo” es definido como una persona insatisfecha y sin suficientes herramientas emocionales para afrontar el consumismo, con una personalidad seducida por los servicios fácilmente adquiribles; la cual puede provocarle hasta un cuadro de ansiedad, al no vivir la experiencia o adquirir el producto al que fue expuesto.
En los términos del streaming, esto se traduciría a un televidente que se siente insatisfecho con solo ver un capítulo de un programa, cuando tiene a su disposición la continuación de este. Llevándolo a consumir una serie, sin restricción de números o tiempo. El streaming eliminó la limitante del tiempo, atrás quedaron las épocas, en las que nos apresurábamos a llegar a casa o terminar nuestros pendientes para ver a cierta hora un capítulo.
Y aunque muchas plataformas liberan capítulos semana por semana como el caso de Luis Miguel: La serie en Netflix Latinoamérica, estás siguen dando libertades con las cuales no se contaba antes, como iniciar el capítulo a la hora que deseemos después del lanzamiento o inclusive repetirlo.
Olvidemos que “debemos ser productivos 24/7”
Ser un consumidor obsesivo no está mal. Así como nuestra manera de consumir series cambió, también debe hacerlo nuestro pensamiento. Debemos de olvidar la idea de que “ser productivos 24/7” es lo correcto, tomarnos tiempo de ocio está bien. Así mismo el consumir programas, películas y música, enriquece nuestra creatividad. Disfruta las series como tú prefieras, que por eso pagamos el streaming.