En un mundo inmerso por la convivencia digital, la poca aceptación personal puede significar problemas no solo exclusivos a la individualidad.
Paradigma de la imagen
Desde que tengo memoria, la idea de mantener una buena imagen puede significar abrir o cerrar puertas, desde las relaciones personales hasta en un buen trabajo.
Existen tres principales características o filtros a considerar:
- Vestimenta: La vestimenta que es aceptada por un nicho social específico permite un buen trato por parte de ese grupo. ¿Quién no ha juzgado a un libro por su portada?
- Habla: La forma de expresarse puede significar comenzar una interacción duradera o por el contrario, desplantes si no se tocan lo temas de interés o empatizan con las expresiones del grupo comentado.
- Comportamiento: De nada sirve una buena presencia y un diálogo agradable si no existen acciones loables que enaltezcan la persona que se proyecta.
Estos tres filtros pueden abrir o cerrar puertas ya que están orientadas a la adaptación de un círculo en específico, es por ello, que no actuamos de la misma forma con nuestros familiares, compañeros de trabajo, pareja o escuela. Quién no sea capaz de adaptarse, se está cerrando las puertas automáticamente.
Aceptación personal
Es importante no confundir la aceptación con resignación. La aceptación personal en psicología es aceptarse a uno mismo, el cómo soy, cómo me comporto, mis cualidades y defectos. Este último punto puede significar un gran problema para muchos pero, según un estudio realizado por el Instituto Europeo de Psicología Positiva, este puede mejorar con 5 puntos a desarrollar:
- Sustituir los “¿Por qué?” por los ¿Para qué? Te suena el ¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora?
- Tratar de no juzgar. Desarrollar la empatía y ponerte en los zapatos de la otra persona. Nunca digas de esta agua no beberé.
- Vivir en el presente. “Acepta las cosas que no puedes cambiar, ten el valor para cambiar las que puedes y ten la sabiduría para saber las diferencia”
- Acoger el dolor. El dolor es parte de la vida y de las emociones ¿No recuerdas a “tristeza” en Inside Out? Hay que aceptar, reconocer y abrazar esos sentimientos.
- No quejarse. Un comportamiento común en la sociedad es la victimización del cual es un bucle de apatía y sedentarismo.
Filtro de la realidad
Nuestros aprendizajes y experiencias han determinado nuestras preferencias, nuestros gustos y motivaciones ¿Pero esto sucede también en el entorno digital? Sí.
Más allá de adaptarnos a proyectar una buena imagen en nuestro círculo social, las redes sociales han propiciado vivir en un mundo de caramelos donde se llena el aire con algodón, que los dulces caigan del cielo y las estrellas piñatas son.
En un estudio realizado por Child Mind Institute mencionan que los adolescentes y adultos jóvenes que pasan mayor tiempo en las redes sociales, principalmente Instagram y Facebook, muestran una tasa de depresión más alta, del 13 al 66 por ciento, que aquellas personas que no pasan tiempo en ellas. ¿Por qué?
La imagen que se quiere proyectar, dentro de los paradigmas socio digitales (imagen, discurso y comportamiento) se ven reforzados por el consumo dentro de estos por lo que aumenta la posibilidad de distorsionar la perspectiva de la realidad y acrecentar la depresión.
Filtro socio digital
Los algoritmos de cualquier red social, están tan avanzados y desarrollados que muestran contenido sugerido conforme a lo que se ha consumido para evitar abandonar la red social y alentar pasar el mayor tiempo posible generando un perfil que interactúa de forma digital con otros perfiles (interacción digital)
A pesar de tener miles de seguidores, miles de likes, lo mostrado en redes sociales no es más que una extensión inconsciente de lo que se quiere proyectar para pertenecer a un círculo digital con filtros de la realidad.
Cuando se cae el filtro del mundo digital y se exterioriza la realidad, existe un choque entre dos mundos que puede afectar gravemente en sus interacciones sociales dentro de cualquier círculo: trabajo, escuela, familia, relaciones y por supuesto, aceptación personal.
El filtro de la aceptación personal es la simulación de un mundo del que no sentimos apego y no puedo decir exista como tal una cura a esta enfermedad, que sin duda nos ha dejado el incremento del uso de las plataformas digitales y redes sociales, pero se puede trabajar en la conciencia.
Ser consiente de qué se quiere proyectar, imagen, discurso y comportamiento dentro de las redes sociales para definir un objetivo o meta y trabajar en la mejora continua de la aceptación personal sin filtro.