¿Marketing o mercadotecnia? Tal parece que nunca nos pondremos de acuerdo. Somos muchos los defensores del idioma de Cervantes; pero es claro que son más los especialistas que prefieren el uso de anglicismos cuando se trata de los términos propios en las actividades creativas y publicitarias.
Según la RAE, el español está compuesto por más de 90,000 palabras; mientras que el inglés (de acuerdo al diccionario Oxford) supera el millón de palabras. ¿Y cuántas usamos de manera cotidiana? Seguramente ni el 5% de todas ellas.
No nos equivoquemos, estas líneas no pretenden atacar la manera de hablar de ninguna persona. Se los dice alguien que se autonombra CEO en la agencia de comunicación Lata de Ideas y que escribe en un portal llamado Soy.Marketing. Mi intención es únicamente reflexionar respecto del uso –o el abuso- de las palabras en inglés en esta bella profesión.
¿No sería buena idea limitar el uso de nuestros términos profesionales en inglés a todos aquellos que no tengan una traducción literal o que ésta pudiera escucharse ridícula en nuestras oraciones? Pensemos en términos como “Community Manager”, ¿cómo lo traducirían ustedes? ¿Gerente de comunidad? ¿O qué tal el término “Engagement”? ¿Acaso referirse a éste como compromiso, alcanza a abarcar todo lo que implica en la industria digital?
Donde no tiene mucho sentido es cuando escucho a personas expresar conceptos como “Buyer Persona”, “Lead”, “Target”, “Influencer” y hasta la tan manoseada palabra “Selfie”. ¿Por qué no dejar las pretensiones de lado y sustituir esos términos por; comprador, cliente potencial, público meta, influenciador y “tomarnos una foto”?
También he notado en los últimos años, una obsesión impresionante de los especialistas por usar siglas para recortar términos en inglés (como si los términos en inglés no fueran ya suficientemente cortos). Para muestra: KPI, SEO, CPC, CPM, CTR, CTA, CRM, etc. Y reitero, cuando existe una razón de su uso, no hay mayor problema. Pero nadie me podrá negar que hay mercadólogos que, queriendo presumir que saben, comienzan a lanzar al aire siglas como si se tratara de un examen final universitario.