Aunque hemos ya escrito mucho sobre los millennials, la razón por la que siguen estando en las notas de muchos estudiosos del marketing, de la sociología y del marketing digital, es porque su presencia es abrumadora en número y aunque nos debe quedar muy claro que no son un segmento de mercado, sí son una generación con ciertas características que los definen. Y mientras ellos están pendientes de sus dispositivos y de sus redes sociales, continúan desarrollando rasgos que como generación los definen muy bien.
El millennial es diestro en el manejo de la tecnología y está acostumbrado a escribir y responder mensajes cortos; a navegar en diferentes sitios al mismo tiempo, a comunicar de manera virtual todo lo que se le ocurre y vive. Pero no saben qué hacer con los mensajes no verbales porque no los entienden. No están acostumbrados a una verdadera relación social aún cuando están inmersos en una sociedad y en muchos eventos sociales. Este es un tema de falta de atención porque no hay un enfoque, como lo menciona también Daniel Goleman en su libro “Focus”.
Tal vez como resultado de esa falta de enfoque y de tener relaciones sociales con calidad de atención (sobre todo en un entorno profesional) es que caen algunos millennials, sin darse cuenta, en un exceso que los hace parecer incluso tontos o descuidados y que definitivamente los ponen en un situación de fricción con las generaciones anteriores. Esos errores según la revista Entrepreneur y el New York Times son los siguientes:
Esperan reconocimiento inmediato
Este estereotipo de millennials espera que se les reconozca, recompense, divierta o considere casi de inmediato al entrar a trabajar en alguna empresa. Carecen de un sentido de periodo de crecimiento en su forma de procesar la relación laboral. Esperan superación inmediata y sobre todo reconocimiento que les permita avanzar en el trabajo. No están muy de acuerdo con la idea de una trayectoria que les permita sumar experiencia; mucho menos si eso tomará algún tiempo.
La tendencia o necesidad de compartir en exceso su vida en las redes sociales
Es increíble la forma en la que un millennial deja rastros de todo lo que hace en su día a través de las redes sociales, nos cuenta lo que desayuna, el lugar en el que come, lo que come, con quién come, dónde se divierte, con quién está, a qué lugares va, y a veces, tenemos que ver también todo eso que está haciendo. No sólo estoy hablando de facebook, twitter o instagram; hay muchos otros medios sociales que sirven para contar lo que sea que queremos contar.
Aparentemente no hay nada de malo en ello, pero el problema se suscita cuando ese millennial estereotipo no calcula que su vida laboral está también en las redes sociales o comprometida a través de ellas. El New York Times cuenta sobre dos casos, el primero es de una mujer que hizo un escrito de 2,400 palabras en medium (red social para escribir textos) para quejarse de Yelp, la compañía en la que trabajaba hasta antes de su hazaña de escritora y que por supuesto, llegó a los ojos no sólo de su jefe sino del CEO de la compañía que leyó la candente carta en la que la mujer se quejaba de los sueldos que se ofrecían en su lugar de trabajo.
El segundo caso verídico que se menciona es el de Joel Pavelski. Quién pidió a su jefe permiso para ausentarse una semana a un funeral en su estado natal, Wisconsin. Pero también utilizó medium para describir lo bien que la estaba pasando mientras construía una cabaña en el bosque; incluso inició su escrito diciendo: “Dije que asistía a un funeral, pero mentí”. Este caso, es muy común en pequeñas mentiras o en indiscreciones que no deberían cometerse.
Eso no es todo, aquí tengo que agregar que cualquier empleador futuro o actual, está pendiente de las redes sociales de sus empleados, y aunque es verdad que debemos ser libres y expresar nuestras ideas, el millennial debe aprender a ser sensato y a separar la vida pública de la privada; lo que debe decirse en privado y lo que debe decirse cara a cara. El millennial asume por alguna causa extraña que las redes sociales SON su vida privada, pero entonces… ¿por qué son sociales?. Una contradicción que el sujeto en cuestión debe analizar con cuidado o sufrir las consecuencias que tarde o temprano pueden llegar.
Confundir la franqueza con la insubordinación
Con relación total respecto del anterior punto, los millennials más jóvenes no tienen muy claro el filtro del respeto hacia sus jefes o hacia un organigrama y dicen o hacen cosas que son claramente inapropiadas en su nivel o en el momento en el que se dicen o simplemente irrespetuosas. Una cosa es decir lo que se piensa, y otra muy diferente es no tener filtro de educación o respeto. Las formas no tienen por qué estar pasadas de moda, o dicho de otra manera, la falta de educación y la anarquía laboral no tiene porque ser una moda.
El New York Times describió en febrero del 2016 a los millennials como la generación más narcisista de los tiempos. Es verdad que algunos pensarán y actuarán así, pero no todos caen en estos estereotipos. La razón de escribir esto, no es criticar a los integrantes de esta generación; sino aportar algo para que puedan abstraerse, analizar y equilibrar de alguna forma las formas de pensar y de actuar.
Seguramente me caerán algunos comentarios o críticas y son bienvenidas. Me gusta poder discutir puntos de vista.
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