Estábamos tan ocupados descifrando a la generación millennial y sus encrucijadas, que, ya con sus hábitos de consumo encima, apenas nos estamos preocupando por la forma adecuada de llegarle a la Generación Z; y si con los millennials el mundo se sacudió, con esta generación nacida entre 1995 y 2010… la que nos espera.
Están determinados a cambiarnos, serán la población más grande de consumidores en un estimado de entre 5 a 7 años. Dominan más que nadie la tecnología pues crecieron con ella, prefieren y buscan los alimentos frescos más que la comida rápida, la estabilidad y la libertad antes que los grandes salarios; están evolucionando de forma más rápida física y mentalmente que sus antecesores. Creen y aceptan diferentes tipos de culturas, creencias y opiniones dentro de la sociedad y se apoyan de la tecnología para apoyar causas sociales, activismo y gritos de justicia.
Pero, sobre todo, lo que distingue y alarma respecto a la generación Z es que están menos dispuestos a perder el tiempo otorgando su atención que ninguna otra generación de la historia.
8 segundos para atraparlos
Un mito recurrente sobre la Generación Z es que cuentan con un lapso de atención limitado. Sin embargo, distintas investigaciones sugieren, que, al ser la primera generación que se desarrolló completamente inmersa en la tecnología, sus cerebros evolucionaron de tal manera que procesan más información a una mayor velocidad; por lo tanto, son capaces de manejar desafíos cognitivos mucho más complejos. Hablando con precisión; los miembros de dicha generación cuentan con filtros de atención altamente evolucionados con una duración de 8 segundos.
Son usuarios que crecieron en un mundo dónde sus opciones no se encuentran limitadas por ningún factor excepto el tiempo. No brindan mucha de su atención a cualquier contenido; a menos que éste haya ganado su confianza ya sea por ser tendencia o por formar parte de sus sitios frecuentes (dónde ya encontraron previamente contenido relevante). Pero no todo está perdido; una vez que algo ha demostrado que vale la pena para invertir atención y tiempo, se convierten en usuarios sumamente comprometidos. Sobre todo cuándo de experiencias interactivas hablamos (la comunicación bidireccional es la única forma en la que se puede llegarles).
Tratar de conectar con un grupo en 8 segundos no es tarea fácil; y más si a ello añadimos que se trata de una generación preocupada por la privacidad como derecho fundamental. Hay mucho que hacer en cuestión de estrategia tomando en cuenta todas éstas características y las que se sumen.
Así pues, contrario a lo que pudimos pensar hace un par de años, el hecho de que sean los “hermanos pequeños” de los millennials no les confiere las mismas características que aquellos y tenemos aún un gran camino por recorrer para entender sus diferenciadores y aprovecharlos… en muy poco tiempo.
¿Estamos preparados para conectar con la Generación Z? Platiquemos @ferfamania