Que hay todo tipo de personas, de eso, no cabe duda. Están las que nos hacen bien, las que no nos hacen nada y los que realmente son un incordio en nuestra vida… Si los dejamos.
De este último grupo voy a hablar: de las personas tóxicas. Esas personas con las cuales es muy difícil tratar y que desgastan el ánimo del más entusiasta. Agotan energía y alegría.
Definamos primero que nada el concepto: ¿A qué llamamos personas tóxicas? Son aquellas que afectan directa y negativamente a sus más cercanos o allegados. Suelen ser egocéntricos y narcisistas y no sienten empatía por el otro o por su situación. En pocas palabras, “siempre tienen la razón” y no se ponen en el lugar del otro.
Pero no voy a detenerme demasiado más en definir a una persona tóxica, ya que está claro que influye en el otro de manera negativa y agotadora.
Lo que sí hay que tener claro que no es lo mismo alguien que no suma o aporta nada a tu vida, que quien genera toxicidad en tu vida y tenes que tomar distancia porque no te permite avanzar.
Ejemplo de persona tóxica sería un novio o novia que te cuestiona a dónde vas, qué haces, con quién hablas. Es decir, intenta controlarte. Otro ejemplo: un padre que hace hincapié en que sus logros son mejores que los de su hijo, siempre empoderándose él y humillando al hijo.
Y aquí el ejemplo sobre el que, como marketinera, quiero hacer hincapié: un cliente que sabe más que vos cómo se hace lo que vos sabes como profesional o que te pide siempre un poco más sin pagar lo que corresponde y que a pesar de tus avisos, continúa en la misma actitud
¿Te pasó que te pidan cada vez más cosas y que no hablen de remuneración acorde a tu trabajo?
Veamos algunas características a tener en cuenta para detectar a un cliente tóxico:
- Persona tóxica : toma todo de vos sin dar nada a cambio
- Cliente tóxico : te pide cada vez más cosas y no habla de pagarte más.
- Persona tóxica : no respeta tus límites y avanza sin importarle lo que decís
- Cliente tóxico : le indicas que debe definirte las imágenes para una gráfica antes de determinada fecha, y llega esa fecha y no tiene nada. Te sigue pidiendo días y ya estás al límite para mandar a imprimir o subir una historia. Le perdonaste la vida varias veces, pero que te mande las fotos un sábado a la noche, y lo repita con frecuencia, es no tomar en cuenta tus límites
- Persona tóxica : son narcisistas. Saben de todo y siempre tienen la razón
- Cliente tóxico: sabe qué es mejor para su campaña, no te deja disentir y si los resultados no son los esperados, el culpable sos vos. Nunca él.
¿Qué provocan estas actitudes en los otros? Desgaste, agotamiento, falta de energía y de alegría por lo que haces. Incluso te podes volver vos mismo tóxico, ya que trasladarás ese enojo y falta de energía a todo lo que hagas.
Porque si bien, “el cliente siempre tiene la razón”, cuando ocurre alguna de estas situaciones o, más bien, una sumatoria de estas, estamos ante un cliente del que más vale huir por nuestra salud mental (y para cuidar nuestro bolsillo)
¿Qué hacer frente a una persona/cliente tóxico? Toma nota:
- Antes que nada, reconocer a la persona/cliente tóxico, porque de alguna manera, nos está afectando y no podemos manejarlo (no es lo mismo que nos generen una ligera molestia, a que ¡nos quiten la paz!)
- Tomar distancia: tal vez no puedas hacerlo en un solo paso. Tal vez, tengas que hacerlo paulatinamente, pero tener la convicción de que esa persona/cliente no modificará su actitud. Le diste suficientes oportunidades, y no respeta nada de lo que decís (no acepta los límites)
- No expliques demasiado: en realidad, la explicación del distanciamiento de esa persona/cliente tóxico dependerá de lo que vos consideres necesario decir. Pero siempre recorda que, si no comprendió hasta ese momento y le diste varias oportunidades, dar muchas explicaciones no te servirá de nada.
- No entres en el juego de la persona tóxica de discutir. No necesitas pelear para establecer tus límites
- Tene en cuenta que también podes tomar distancia escribiendo un buen mail, sin necesidad de enfrentar a ese cliente tóxico.
Y seguramente al hablar de un cliente, estarás preguntándote :” Se trata de un cliente, ¿lo voy a dejar ir?” “Es plata segura, ya nos conocemos hace tiempo, ¿lo voy a mandar a volar?”
De hecho, me pasó con un cliente que tenía un área de su empresa que participaba en EFICA (la Feria del Calzado Argentino que tiene 2 ediciones por año: verano y otoño. Resultó que el cliente al que le había hecho ya 4 stands en diferentes ediciones de Efica verano, decide que otra área de la empresa manejada por su primo, vaya a la edición otoño. Este primo había visto mis stands, había estado en varios de ellos, conocía mi trabajo antes de conocerme a mí personalmente.
Llegó el día en que tuve que empezar a preparar su stand y me encontré con un cliente que no se parecía en nada a su primo.
¿Qué hacía?
- Para definir cada punto del stand, se tomaba una semana a pesar de mis claras explicaciones de que el tiempo nos corría y se nos venía encima la inauguración
- Pedía reformas de diseño, que llegamos a hacerle 8 bocetos diferentes (en este punto ya me estaba preguntando si esto me convenía. Dudaba: su primo era un cliente realmente para cuidar, respetuoso y cordial, con quien trabajaba muy a gusto ¿Cómo iba a mandar a volar al primo?)
- Le pedí los archivos para realizar la gráfica del stand con una fecha límite: me los envió 3 días después.¡Casi no dormimos por llegar con esas gráficas a la inauguración del evento!
- Luego de varias otras, terminé por definir que no me servía trabajar así y debía clarificar la situación de inmediato.
Así que, la respuesta de si te conviene o no determinado cliente depende solo de vos: cuánto te afecta o no esa relación comercial.
Lo que sí te puedo decir, con varios años de experiencia, es que “EL MEJOR NEGOCIO ES EL MALO QUE NO SE HACE ” y gracias a tener eso en cuenta, he cosechado una linda lista de “clientes-amigos” con los que disfruto trabajar en cada oportunidad.
Así que, ¡que no te quiten el placer y gusto por lo que haces!