Desde antes de que Izzi ofreciera internet, su servicio ya era como para llorar.
Hace algunos años, Izzi se reconocía en el mercado mexicano como Cablevisión en la Ciudad de México, y Megacable en el resto del país, y eran los proveedores casi casi oficiales de la TV de paga en el país. Existían por ahí algunas empresas incipientes que no le llegaban ni a los talones.
Pero entre ellas no había homogeneidad en la entrega de la transmisión. Y eso lo aprendí a la mala. Cuando esta columnista vivía en lo que antes conocíamos como el Distrito Federal (el Dé Efe, pa’los cuates), tenía Cablevisión y el servicio era prácticamente impecable. Mi error fue asumir que habría continuidad de calidad al mudarme al otro lado de los volcanes, a apenas 110 kilómetros del ex-DF.
Izzi en Puebla: el gran desastre
Emocionadísima, llegué a mi nueva casa con mi nueva instalación y prácticamente desde el día uno empecé a tener problemas. Pero los perdonaba una y otra vez porque la señal fallaba un par de minutillos y se restablecía, y además me daban explicaciones que sonaban creíbles.
Con el tiempo, la estabilidad de la señal se fue perdiendo. Los canales que regularmente veo se limitaban invariablemente a 5 ó 6 horas al día, o sea que podía ver TV el 25% del tiempo.
Citas y citas para que vinieran a revisar e invariablemente me dejaban plantada. Las explicaciones cada día se hacían más inverosímiles. Mi disponibilidad limitada de tiempo en casa (viajaba muchísimo por trabajo) hacía que esperarlos a que vinieran fuera poco probable. Mi tolerancia se la fueron agotando poco a poco (y mira que tengo de sobra).
El colmo fue que, ya en uno de mis últimos reportes, no sólo no me pelaban con mis quejas, sino que además tenían el descaro de ofrecerme su paquete de TV + internet a un precio quesque muy atractivo. “Señorita, si su especialidad es tele y no cumplen, no voy a arriesgar mi trabajo que depende en un 80% de internet” “Ay, señora, pero está barato. Aproveche.”
Así, un día llegaron a mi límite, arranqué sus transmisores de la instalación, me apersoné en sus oficinas y les aventé su servicio. Me rogaron. Me di el lujo de decirles que ni loca.
Con el tiempo reafirmé mi decisión. Me quedé con el internet de Telmex y contraté Sky para ver tele. Años, literalmente años de estabilidad lo respaldan.
Lo triste es que tengo muchos amigos que siguen atorados con Izzi. No sé si es porque siguen creyendo tantito así en el discurso mentiroso que Izzi tiene perfectamente identificado para los incautos, si les da flojera el proceso de cancelar y contratar a alguien más, o si ya cayeron en un irremediable estado de resignación.
Hace una semana, el huracán Delta pasó por Cancún y afectó las conexiones de electricidad, de agua, de teléfono, de internet y de TV de paga. Todos los servicios quedaron restablecidos en 24 horas, excepto… ¿ya adivinaste? Exacto.
Eso sí, su estado de cuenta con la leyenda “pague de inmediato” llegó puntual, con cobro al 100% y sin prórroga.
Querido lector, no caigas. Izzi es un atrampa para incautos. #YaDije
