Todos hemos tenido una amiga que a cada reunión lleva sus catálogos de venta de cositas. Desde Avon y Natura, hasta Tupperware, Price Shoes y Amway, todos hemos hojeado y ojeado por unos minutos algún librito, nomás por curiosear o para alegremente escribir nuestro nombre de alguna chuchería que nos gustó.
Desde abril del año pasado, esta categoría de venta por catálogo creció mundialmente como enredadera, metiéndose por todos los recovecos de la sociedad, ya que ha representado una oportunidad económica para millones de personas que perdieron de trabajo o sus ingresos económicos se vieron afectados, personas que se han convertido en micro-empresarios.
Lo curioso y que verdaderamente llama la atención es el surgimiento de un segmento que, combinando los dos hechos de los párrafos anteriores, actualmente conforman el exponencial mundo de las nenis.
Esa amiga que desde siempre llevaba sus catálogos por todas partes, con el surgimiento de las redes sociales descubrió una forma nueva de promoverse.
Y conforme contactaba a nuevas clientas potenciales, y para no perder la chocante costumbre femenina de ponerse motes entre ellas tipo “amiga” “amigui” “hermosa” o “muñeca”, comenzó a prospectar llamando a sus contactos “nena”.
Nena.
Según el diccionario, nena es…
- Niña muy pequeña, de corta edad.
- Voz con la que se llama cariñosamente a una mujer joven.
Nena.
El término nena siempre lo asocié a la abuelita que se refería a tu amiguita, la que le caía bien pero no se acordaba de su nombre “la nena de las trencitas que vino el otro día”.
Nena.
Así se empezaron a tratar entre ellas, vendedora y clienta, mientras su sector crecía. Y de ahí, se empezaron a conocer como “las nenis”.
¿Quiénes son las nenis?
Las nenis junior son esas que empezaron con la pandemia, justo porque encontraron ahí una oportunidad de tener ingresos para sus necesidades básicas. Quizá su marido se quedó sin chamba, o ellas mismas. Malabarean todas sus labores para sacar su dinerito. Algunas pudieron haber empezado vendiendo cosas de su propia manufactura, de sus hermanas, sus amigas y hasta de su mamá. Surgen postres y galletas por todos lados, pulseritas y figuritas de crochet. Ellas hacen toda su promoción por sí mismas.
Las nenis senior ya eran junior antes de la pandemia, y entre la pandemia y el surgimiento de las junior ellas avanzan un nivel. Es el tipo de neni que crece y ya usa medios digitales. Se mueve como loca, no para, es una máquina tecnológica para las ventas. La convivencia con su familia se modifica sensiblemente (1) le echan montón al negocio y se unen a ella (2) la apoyan y la relevan en las tareas del hogar (3) la tildan de loca mientras se sienten abandonados. Empieza a darle chamba a jovencitos que le pueden manejar sus redes sociales y algunas hasta buscan ya a CMs menos improvisados… Es heavy user de Domestika y Coursera. Si hay cursos gratis en YouTube, mejor.
Hay nenis hombres hacen una labor de venta muy discreta. Si bien tienen toda la habilidad comercial de vender cualquier cosa, su estilo es muy diferente, igual que el tipo de mercancía que ofrecen. Ellos buscan productos chinos (o de fuera) que importan al por mayor. Los presentan como una “oportunidad que les llegó”. No quieren ser comparados con las nenis porque ellos son otra cosa. Y, a diferencia de ellos, están los nenis gay, que seguramente venden lo uno y lo otro –catálogo y oportunidades- y no tienen empacho alguno en llamar nena a sus compradoras, casi todas mujeres.
El mérito de las nenis
Lo que debo reconocer que me tiene altamente sorprendida de las nenis es su radar para detectar nuevas oportunidades y nichos de mercado.
A través de grupos de Facebook donde las nenis han hecho su agosto, he podido observar que han podido identificar necesidades muy específicas que surgen en muchos casos de sus propias necesidades insatisfechas.
Así, la semana pasada me encontré con una señora que ofrece productos para zurdos más allá de las tijeras, como abrelatas, mouse para cómputo, control remoto y cepillo de dientes eléctrico, entre muchos otros.
Y la lista de necesidades insatisfechas es inagotable. Muchos nichos aun por explorar. Sorprendente.
Nena.
Confieso: ALUCINO que me digan nena. Pero eso no quita que el sector de nenis esté en franco crecimiento. Han sabido crecer a base de su emprendimiento y su inquietud. Se aventuran quizá con temor, pero con mucha determinación, eso sí. Lo cual, a veces, a las empresas les hace falta.
#lasNenis
