Los análisis en torno a los nuevos hábitos de consumo coinciden en que las personas están preocupadas por adquirir productos que han sido fabricados con procesos responsables: ahorro de recursos naturales, reducción de emisiones contaminantes e, incluso, incorporación de materiales de reúso.
En respuesta a esa tendencia, que se vuelve más fuerte con el tema de la pandemia, las industrias se han enfocado en el desarrollo de materias primas que respondan a los intereses de los consumidores, pero que, al mismo tiempo, las hagan merecedoras de las inversiones que ahora optan por las empresas limpias.
En ese sentido, la industria de la moda ya trabaja en el desarrollo de un singular material que sustituiría la materia prima sintética. Se trata de la pulpa de madera, que mediante un proceso mecánico permitiría añadir un componente ecológico en esta industria.
La pulpa de madera, de origen sostenible, se une al uso de fibra obtenida a partir de semillas oleaginosas de cáñamo.
Una de las firmas que ya ha ensayado el uso de estos materiales es H&M, que en el invierno pasado lanzó una colección llamada Conscious Exclusive A/W20, de tejidos sostenibles.
Los materiales empleados en la colección de H&M son provenientes de residuos (embalajes de plástico postindustrial y de botellas PET) e incorporan seda hecha a partir de pulpa de madera, así como fibra obtenida a partir de cáñamo.
El origen
La empresa brasileña Suzano, es uno de los principales fabricantes de pulpa de madera en el mundo — que ahora produce pañuelos y vasos desechables— y junto con Spinnova, una firma finlandesa, han planeado la construcción de una instalación para producir una fibra de pulpa de madera, destinada a la industria de la moda.
Aunque se ha previsto que esa fábrica comience a producir a partir de 2022, H&M ya levantó la mano para ser su cliente.
La firma sueca de ropa, que opera más de 5 mil tiendas en más de 70 países, impulsa con su interés la puesta en marcha de esta instalación.
No hay que olvidar que a la industria de la moda se le atribuye el 10 por ciento de la contaminación global, puesto que recurre tanto a fibras vegetales (algodón) como a la fabricación petroquímica (fibras sintéticas), además de los procesos de manufactura y logística que suman una cadena de emisiones contaminantes.
Además, es una de las mayores consumidoras de agua, debido al tratamiento textil. Se calcula que, al menos, 7 millones 900 mil metros cúbicos anuales son consumidos por la moda.
Por otro lado, la pandemia introdujo un cuestionamiento en torno a qué tan necesario es cambiar de ropa cada vez que las empresas de moda lanzan una nueva colección.
Aunque eso no frenará a la industria, sumado a la afectación económica de las familias por la crisis global, sí es un elemento que mitiga el consumo acelerado que mostraba este mercado.
Reciclado es lo chic
Tanto la crisis medioambiental como la sanitaria, dictan un cambio de paradigma en la moda. Si antes era mal visto consumir ropa diseñada con materiales reciclados, ahora esa concepción parece virar, y quienes optan por adquirir este tipo de productos se anotan un tanto como consumidores responsables.
El camino por andar aún es largo, aún son pocas las marcas de alta costura que están apostando por la vía verde. Pero la celebración es que ya hemos dado los primeros pasos.
Hay que recordar que, en 2019, Chanel adquirió una participación en Evoled by Nature, firma que fabrica materiales sostenibles, entre ellos una seda que sustituye químicos y componentes dañinos para el medio ambiente y la salud.
La decisión final, como siempre, la tendrán los consumidores, como tú y como yo, que ahora más informados que nunca, podemos optar por la conveniencia de lo sostenible, siempre que su economía lo permita y la industria se las ingenie para hacer productos accesibles, ¿qué te parece?