Desde que el hombre es hombre y el dinero es quien jala algunas de sus cuerdas, los emprendedores o dueños de negocio, ya no digamos las grandes corporaciones, siempre han buscado maneras de sacar ventaja de sus competidores, en algunos casos de manera legal, en otras no tanto.  Hasta que llegó el control en redes sociales. Derivado de un sin número de quejas, de parte de usuarios defraudados, el tema de las fake-news, las ventas fantasmas y en general los fraudes a través de internet, han hecho que movimientos sociales e incluso políticos, hayan presionado a los creadores de todos estos nuevos ecosistemas digitales para exigir mayor seguridad ante la exposición y vulnerabilidad a todo lo anterior.

En el caso concreto de Facebook e Instagram (plataformas en las que soy especialista en ventas digitales) las restricciones a algunos rubros, muy específicos, han complicado la promoción de los mismos a través de las plataformas antes mencionadas. Si se trata de opciones de empleo, vivienda, política o causas sociales; se ha restringido la segmentación por grupos demográficos específicos, así mismo en la parte de intereses y comportamientos. 

Para evitar la discriminación y promover la inclusión social, Facebook a optado por colocar candados a aquellos temas que, hoy día se consideran sensibles para algunos grupos. Para poder promover ahora esos contenidos, es necesario seguir las reglas en la plataforma. ¿existen maneras de burlar el algoritmo? sí, sí las hay, pero no las recomiendo, ya que el uso (sin el debido conocimiento y experiencia) podría devenir en un bloqueo de la cuenta publicitaria, al menos en primera instancia, en un caso más grave la cancelación de la fanpage.

Otro de los bloqueos que están ocurriendo en demasía, tiene que ver con el uso indiscriminado de un mismo perfil “accesado” todos los días desde diferentes dispositivos; es decir, se crea un avatar para entrar a ver exclusivamente lo relacionado con la empresa y cuando se quiere ver la información personal, se cierra esa sesión y se reingresa al otro perfil deseado. 

Si esto sucede con dos dispositivos diferentes en diferente locación, la cuenta se bloquea y requerirá de un “password” nuevo. Si ese mismo perfil es el que está ligado a una cuenta publicitaria, cuando venga el bloqueo por parte de la plataforma (por el motivo que sea), no sólo será a la cuenta y el perfil, la fanpage corre grave riesgo también.

Lo ideal es ingresar desde el perfil personal, debidamente identificado y ligado a la página del negocio.  Y abstenerse de participar en links de dudosa procedencia o de juegos que piden acceso a los datos personales del perfil, estamos hablando del negocio.

Un bloqueo frecuente en cuentas publicitarias, se debe a “errores” en el método de pago, si programan una campaña y por el motivo que sea, Meta no puede hacer el cobro correspondiente, se envía una notificación alertando del hecho. 

Deben llamar primero al banco y cerciorarse de que la tarjeta no tenga ningún bloqueo por parte del banco.  Independientemente de lo que suceda con esa tarjeta, añadan otro método de pago en la plataforma, sugiero PayPal, pero puede ser el que ustedes prefieran.

El bloqueo más común, es el que ocurre cuando infringimos las normas de convivencia en alguna de las plataformas y entonces nos mandan a la congeladora 1, 3, 7 o 30 días según sea el número de infracción, tiempo de espacio entre ambos eventos y nivel de reincidencia, cuando esto sucede, tampoco podemos operar las promociones del negocio.  Luego entonces sugiero separar el perfil personal y el ligado al negocio, en dispositivos diferentes, de lo contrario, podrían quedarse algunos días sin poder responder comentarios ni mensajes de clientes potenciales.

Si no cuentas con derechos de autor para promocionar marcas registradas, no importa si lo tuyo es comprado con factura y lo de tu competencia es copia, a ambos los van a bloquear (aunque con mayor seguridad quizás sea a ti primero y después al “pirata”) si vendes producto importado, necesitas explorar esa posibilidad ya que Facebook tiene una sección para las estrategias de co-branding, así que antes de que digan: “uy no, que complicado”, imaginen lo que están dejando de ganar por no hacer las cosas bajo las reglas.

Soy Juan Pablo Altamirano, gracias por leerme.

Nos leemos en 15 días.